Autor/autores:
Lin Hao Zhang, Asaf Oshri, Cory Carvalho...(et.al)
Objetivos del estudio La exposición temprana a contenido para adultos está relacionada con conductas de alto riesgo. Este estudio tiene como objetivo investigar prospectivamente cómo el sueño y las conductas de búsqueda de sensaciones influyen en el consumo de videojuegos para adultos y películas para mayores de 18 años en la adolescencia temprana....
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La exposición temprana a contenido para adultos está relacionada con conductas de alto riesgo. Este estudio tiene como objetivo investigar prospectivamente cómo el sueño y las conductas de búsqueda de sensaciones influyen en el consumo de videojuegos para adultos y películas para mayores de 18 años en la adolescencia temprana. Un análisis secundario examina las relaciones bidireccionales entre los patrones de sueño y el uso de pantallas para adultos.
Los datos se obtuvieron de una submuestra de 3. 687 adolescentes (49, 2 % mujeres; edad media: 11, 96 años) que participaron en el estudio Adolescent Brain and Cognitive Development. En el segundo año de seguimiento, los participantes usaron dispositivos portátiles Fitbit durante hasta 21 noches para evaluar las medidas objetivas del sueño y completaron una escala sobre los rasgos de búsqueda de sensaciones. En el tercer año de seguimiento, respondieron preguntas sobre el uso maduro de las pantallas.
De la muestra, el 41, 8% de la muestra informó jugar videojuegos clasificados para adultos y el 49% informó ver películas clasificadas para mayores de 18 años. Los rasgos de búsqueda de sensaciones se asociaron con ver películas clasificadas para mayores de 18 años un año después.
Una duración de sueño más corta, acostarse más tarde, una mayor variabilidad en la hora de acostarse y un mayor jetlag social (discrepancia entre la mitad del sueño entre semana y los fines de semana) se asociaron con jugar videojuegos clasificados para adultos y ver películas clasificadas para mayores de 18 años un año después.
La variabilidad en la duración del sueño se asoció con jugar videojuegos clasificados para mayores de 18 años. También hubo un efecto de interacción: aquellos con puntuaciones más altas de búsqueda de sensaciones y una duración de sueño más corta informaron un uso más frecuente de películas clasificadas para mayores de 18 años que aquellos con una duración de sueño más larga. Los análisis secundarios mostraron asociaciones bidireccionales entre acostarse más tarde, una mayor variabilidad en la hora de acostarse y un mayor jetlag social con el uso de pantallas para mayores de 18 años.
Los adolescentes tempranos con rasgos de búsqueda de sensaciones y peor salud del sueño tenían mayor probabilidad de realizar un uso maduro de las pantallas.
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