MADRID, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -
La neuropsicóloga clínica del Hospital Quirónsalud San José, Paloma Méndez, ha avisado de que se están sobrediagnosticando casos de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) porque hay niños a los que se les diagnostica cuando solo tienen problemas de conducta o dificultades cognitivas de otra índole.
Por ello, la experta ha recordado que los "síntomas nucleares" del TDAH son el déficit de atención, la hiperactividad y la impulsividad, si bien ha reconocido que no es necesario que se den conjuntamente los tres síntomas para presentar el cuadro, ya que hay diferentes subtipos como, por ejemplo, el tipo combinado (con los tres síntomas), predominio hiperactivo-impulsivo y el predominio del déficit de atención".
"El TDAH condiciona la regulación del sueño, la atención, el funcionamiento ejecutivo, el nivel de actividad y la inhibición de la conducta. En muchas ocasiones, sus síntomas dificultan la relación del niño con el entorno y es frecuente que se asocie a problemas de comportamiento y a dificultades escolares", ha comentado.
Ahora bien, prosigue, que aparezcan dificultades escolares en los menores tendrá que ver con la intensidad del cuadro y con la inteligencia de estos, dado que el TDAH no está vinculado a la capacidad intelectual, lo que provoca que, a veces, algunos niños con capacidad intelectual alta puedan cursar con normalidad el currículo escolar y la detección del trastorno sea más tardía.
EL DIAGNÓSTICO DEBE SER MULTIDISCIPLINAR
"Una vez sospechamos que el niño puede tender TDAH, debemos encaminar los pasos hacia su diagnóstico. La determinación del cuadro debe ser siempre multidisciplinar, siendo el eje central el neuropediatra, en colaboración con el psicólogo y el neuropsicólogo, fundamentalmente", ha enfatizado Méndez.
En este sentido, la neuropsicóloga clínica ha aconsejado a los padres que pidan ayuda cuando les digan en el colegio que el menor tiene un déficit de atención, hiperactividad e impulsividad; y los síntomas aparecen antes de los seis años y perduran durante, al menos, seis meses.
"El mejor consejo es que, ante la duda, es menos perjudicial valorar a un niño que no tiene TDAH, que retrasar el diagnóstico precoz al pensar que el pequeño evolucionará normalmente. El protocolo a seguir si se sospecha de la presencia de TDAH es acudir a la consulta de neuropediatría y de neuropsicología-psicología infantil. En caso de confirmar el diagnóstico y, en función de la intensidad de los síntomas, se propondrá un tratamiento, siendo muy frecuente y exitoso la propuesta de una terapia combinada (médico-psicológica)", ha recalcado.
Respecto al tratamiento psicológico, suele articularse de modo general en tres aspectos: trabajar con los familiares para darles estrategias y que puedan ayudar al menor; abordar los problemas cognitivos del niño para favorecer el rendimiento escolar y tratar los problemas derivados que se puedan estar dando.
"Como siempre que se trabaja con un niño, es fundamental establecer coordinación con todo el contexto (colegio y familia) para favorecer la respuesta terapéutica", ha zanjado la neuropsicóloga del Hospital Quirónsalud San José.