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Comparación entre introvertidos y ambivertidos al escuchar música sedante en el nivel del estado de ansiedad.

  • Autor/autores: Roberto Valderrama Hernández.

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Artículo | Fecha de publicación: 28/11/2005
Artículo revisado por nuestra redacción

IntroducciónHoy en día el ser humano se enfrenta ante una sociedad que cada vez es generadora de estímulos ansiedad, para ello, es importante establecer la diferencia entre dos constructos distintos de ansiedad. el estado de ansiedad es caracterizado por sentimientos conscientes, subjetivos y periodos de aprensión, tensión; lo cual, indica que se exacerbo el funcionamiento del sistema Nervios...



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Introducción

Hoy en día el ser humano se enfrenta ante una sociedad que cada vez es generadora de estímulos ansiedad, para ello, es importante establecer la diferencia entre dos constructos distintos de ansiedad. el estado de ansiedad es caracterizado por sentimientos conscientes, subjetivos y periodos de aprensión, tensión; lo cual, indica que se exacerbo el funcionamiento del sistema Nervioso Autónomo. desencadenados por situaciones especificas. El rasgo de ansiedad es conceptualizado como una predisposición personal a manifestar ansiedad bajo cualquier situación de estrés dada (Spielberger, 1966 a, b, 1972).



Durante la larga historia de la humanidad se ha utilizado a la música como un medio para reducir el dolor, la ansiedad, la depresión y otras; siendo ejemplos de ello: la cultura egipcia, hindú, azteca; sin embargo, los griegos fueron los primeros en señalar de un modo científico el hecho de que la música puede influir en la persona, debido a que la música posee un ethos, es decir, que la música puede crear un determinado estado de animo. La teoría de ethos pone de relieve que, existe una relación intima entre los movimientos de la música y los movimientos físicos y psíquicos; lo cual, hace posible que la música ejerza un determinado influjo sobre el estado fisiológico y el estado de animo del hombre. Sobre todo es Pitágoras, quien utilizo la música con fines terapéuticos y un purificador en el sentido de catarsis (Monro, 1884; Schuhl, 1963; Salazar, 1954; y Poch, 1999).



Existe otra teoría que apoya esta investigación: la teoría de la personalidad de Eysenck; la cual, postula que existe dentro de la personalidad un rasgo bipolar (introversión – extraversión); dicha polaridad funciona en el SNC a nivel causal; lo que implica, que todos los procesos nerviosos centrales se caracterizan por una determinada relación genética, diferenciada interindividualmente, entre procesos nerviosos de excitación y de inhibición. En la combinación S – R se producen siempre modificaciones positivas, excitatorias o facilitadoras, y también modificaciones negativas, inhibitorias o restrictivas en las vías nerviosas destinadas a la conducción de los impulsos; esto implica, obviamente dos polos, cada uno merece una descripción especial. En la presente investigación, se aboca al introvertido típico es no sociable, es tranquilo, más bien reservado, tiene pocos amigos, se siente a gusto al estar solo, además, tiende a la introspección, amante de los libros más que de las personas, tiende a ser retraído y distante salvo con los amigos íntimos, tiende a planificar las cosas, es cauteloso y desconfía de los impulsos del momento. No le gusta la animación, toma las cosas diarias con cierta seriedad y le gusta la vida ordenada. Tiende a controlar estrictamente sus sentimientos, es más bien pesimista y otorga gran importancia a las normas éticas.



Constitucionalmente presentan predisposición a desarrollar potenciales débiles excitantes y fuertemente inhibitorios. Por ende, necesita niveles altos de estimulación para que se active su sistema reticular activador ascendente. De lo que se desprende que los extravertidos alcanzan niveles óptimos de estimulación a niveles altos de estimulación externa (Eysenck, 1957 y 1967; Shields, 1976; Derryberry y Rothbart, 1988, posteriormente confirmado por Reeve, 1995; Fink, 2004). El otro factor que se tomo en cuenta es la llamada zona neutra o ambivertido; la cual, se halla situada a medio camino entre los dos polos (extraversión – introvertido); por lo cual, presenta características de ambos rasgos. Por lo tanto, alcanza niveles óptimos de arousal a niveles moderados de estimulación (Derryberry y Rothbart, 1988).



No fue sino hasta el siglo XX que se comenzaron ha hacer explicaciones teóricas sobre el efecto de la música en el ser humano, siendo algunas de ellas: Altshuler, 1952 y 1954; propuso el principio de ISO (significa igual en griego); dicho autor, piensa que proporcionar música a los pacientes significa brindarles realidades básicas en forma de sentimientos, percepciones e imágenes. Este material es capaz de llevar a cabo el desplazar o bien reemplazar estados de fantasía y de alucinaciones, así como ilusiones y temores; por lo tanto, él dedujo que la música era útil para facilitar la respuesta mental y emocional del paciente. Posteriormente Meyer, 1957 y 1966, teorizo que la música puede apaciguar emociones; expresa que una emoción era excitable, cuando la tendencia a responder era inhibida. La música fue un medio de excitar estas tendencias; ambas directamente o simbólicamente. Su liberación conduce a la eliminación de la tensión interior y la respuesta emocional. Posteriormente, Dibner, 1958 y Whitehead, 1969 afirmaron que un estilo musical ocasiona una respuesta emocional; la cual, esta basada en la experiencia no meramente en escuchar la selección musical.



Después Lidz, 1968; menciono que la música es un camino en el cual la persona puede ayudarle a aliviar su tensión y frustración, esta puede guiar a un decremento en la cantidad de auto conciencia y resulta en un incremento en el alivio de lo anterior, se desprende que la música se dirige hacia un nivel instintivo – afectivo y moviliza por este hecho sin dificultad los afectos hacia las lagrimas catárticas (Korn, 1970) y posteriormente confirmado por Brasseur, 1986; Reinhart y col, 1986; Moreno, 1988 y Pfeiffer y col, 1987 (todos citados por Aldridge, 1993ª).



Para Poch, 1999 establece el principio de compensación; el cual, establece que todos buscamos en la música aquello de lo que carecemos en un momento determinado. En términos generales, el ser humano busca en la música: inspiración, energía, serenidad, quietud, etc. Por ende, elegimos en cada momento la pieza musical o el tipo de música que pueda suplir nuestras carencias a través tanto de la audición como de la expresión instrumental, el canto o la danza. De todo lo anterior, se desprende que la música despierta emociones y por lo tanto, activa el funcionamiento del hemisferio cerebral derecho (Sidtis y Bryden, 1978; Rwann, 1982; y Oepen, 1977, citado por Poch, 1999).



Paralelamente, se realizaron estudios para probar de que manera la música afecta al organismo, una parte de dichos estudios se valieron de medidas fisiológicas; tales como: RGP (Dreher, 1947, citado por Weidenfeller y Zimny, 1962; Henkin, 1956; Weidenfeller y Zimny, 1962; Peretti y Swenson, 1974; Peretti, 1975, Valderrama, 1983 y 1989). La respuesta de la temperatura de la piel (Kibler y Rider, 1983). La tasa cardiaca y la presión sanguínea (Bonny, 1983; Lorch, 1994; Knight, 2001 y Yilmaz, 2003). Otros investigadores, en cambio se valieron del uso de test; por ejemplo, Stanton, 1973 y 1975, Valderrama, 1997, Yung, 2002; Yilmaz, 2003 y Lee y col, 2004. Todo esta gama de conocimientos derivados de la experimentación han probado la efectividad de la música sedante para reducir el estado de ansiedad.



Existe una amplia variedad de literatura que sustenta el uso de la música en el ambiente hospitalario, siendo ejemplos de ello: a nivel del tratamiento odontológico Loroño y del Campo, 1978; Corah y col, 1981; Alvin, 1984; Jost, 1990; Bustillo y col, 1992 y Biley, 2000. A enfermos de insuficiencia renal crónica a los que resulta imposible ingerir fármacos, Verdes y Fernández , 1992. En pacientes con problemas cardiacos, Bonny, 1983; Biley, 2000 y Evans, 2002. Para el tratamiento del dolor con etiología múltiple, Linoff y Collen, 1983; Satoh, 1983; Walter – Larsen y col, 1998; Biley, 2000; Vickers y Cassileth, 2001; Knight, 2001; Nilson, 2003. Otros estudios se enfocaron al tratamiento de la ansiedad pre operatoria, Robb, 1995; Augustin y Hains, 1997; Walters – Larsen y col, 1998; Biley, 2000 Yung y col, 2002; Yilmaz, 2003 y Lee y col, 2004.





En el presente estudio se hipotetizo, lo siguiente:



Hipótesis I: Los sujetos introvertidos se les redujo de forma significativa el nivel del estado de ansiedad.



Hipótesis II: Los sujetos ambivertidos se les redujo de forma significativa el nivel del estado de ansiedad.



Hipótesis III: Los sujetos introvertidos se les redujo de una manera más significativa el nivel del estado de ansiedad que a los sujetos ambivertidos.

Método

<B>Sujetos</B>



Se utilizaron 104 Ss; divididos en 52 Ss introvertidos y 52 Ss ambivertidos; de los cuales, eran 38 Ss del genero femenino y 14 Ss del genero masculino conformaron el grupo de introvertidos; en cambio para el grupo de los ambivertidos quedo formado por 40 Ss mujeres y 12 Ss hombres. Con respecto a su lugar de procedencia se obtuve que de los Ss., ambivertidos el 85% eran del centro del País, y el 15% del sureste; para los introvertidos fue el 90% del centro y 10% del sureste del País. Todos los Ss., eran alumnos de la facultad de psicología de la Benemérita universidad Autónoma de Puebla; fueron seleccionados de diferentes cursos académicos; la mayor parte correspondían al segundo cuatrimestres, 70% y en menor cantidad al sexto cuatrimestre, 30%. Los Ss., corresponden a la clase media. Todos ellos fueron voluntarios deseosos de recibir dos puntos sobre la calificación final.



<B>Aparatos</B>



Para medir el estado de ansiedad se utilizo el inventario de ansiedad rasgo – estado (IDARE) de Spielberger, 1975. Solamente se utilizo la parte que mide el estado de ansiedad.



Para medir el rasgo de introversión – extroversión se utilizo la escala 0 del MMPI- R de Hathaway y Mckinley, 1942 (Nuñez, 1978).



<B>Música</B>



Para esta investigación se definió a la música sedante como: aquella música que se caracteriza por un ritmo regular, dinámico, predecible con consonancia de armonía, instrumentación conocida y tono de sonoridad (Gaston, 1951; y Poch, 1999).



Dicha música sedante que fue utilizada queda conformada por: música barroca y clásica ligera, cada fragmento musical dura entre tres a cinco minutos, con una duración total de 30 minutos. La música que se utilizó fue la siguiente: 1) canción de cuna de Brahms; 2) KV 467 andante de Mozart; 3) obertura de la flauta mágica KV 620, de Mozart; 4) Concierto para flauta en G mayor Wq 169; allegro di molto de Bach, C. P. E; 5) el concierto para arpa y dos flautas en allegro, de Handel; 6) Canon y Giga en Re mayor de Pachelbel, J; 7) Concierto para flauta número 3 en D, P. 155 “Il Cardelino” en allegro de Vivaldi; 8) Concierto de Brandenburgo 4 en G mayor BWV 1049, Allegro, de Bach; 9) concierto de Brandenburgo 3 en sol mayor BWV 1048 en allegro de Bach; 10) sinfonía del juguete en minuet , de Hayden y 11) Concierto in C minor, RV 441, allegro non molto de Vivaldi. Los siguientes fragmentos musicales fueron ya utilizados en la investigación de Valderrama, 1997: 1, 2, 3, 5, 7, 8, 9 y 10. En el caso del Canon en Re mayor se obtuvo de la investigación de Knight, 2001. En cambio, el Concierto para flauta en G mayor Wq 169 y el Concierto in C minor, RV 441 fueron juzgado por un grupo de expertos como música sedante.

La secuencia fue escuchada en el siguiente orden: 3, 6, 5, 4, 8, 7, 9, 11, 10, 2, 1.



<B>Procedimiento</B>



En primer lugar, se procedió a la aplicación de la escala 0 del MMPI - R para detectara a los individuos extrovertidos y los ambivertidos y eliminar a los individuos introvertidos.



Para los fines de la presente investigación se definió como extravertidos aquellas calificaciones que estuvieran en el rango de 0 a 45 de puntaje T de dicho instrumento y para los ambivertidos fue entre 46 a 59 de puntaje T.



La muestra se subdividió en subgrupos, cada uno conformado por 26 Ss; los cuales, fueron apareados, de tal manera, que hubiese la misma cantidad de Ss extravertidos y ambivertidos en cada subgrupo. Cada subgrupo fue congregado en un salón tranquilo con sillas confortables, bien ventilado y sin ruido. El volumen de la grabación fue colocado a un nivel lo suficientemente alto para que pudiera ser escuchado perfectamente bien en cualquier parte de la habitación.



A los sujetos del experimento se les leyó las siguientes instrucciones:



“ Como ustedes recordaran, este estudio consiste en estudiar el efecto de la música en la conducta. Para ello, les pido que se sienten lo más cómodo posible y permanezcan en silencio”... (acto seguido, se les aplico la Escala de clasificación de la condición emocional en su fase pre. Al termino de la aplicación, se continuo con las instrucciones). “Y ahora simplemente cierre sus ojos y escuche la música”... (acto seguido, se les pondrá la música y al finalizar se continuara con las instrucciones finales). “ Ahora quiero que abran sus ojos muy lentamente cada quien a su propia velocidad para que ustedes entren al mundo y no el mundo a ustedes”... (por ultimo, se les aplicara nuevamente en su fase post).

Resultados

Con respecto a la X de los introvertidos fue y la de los ambivertidos fue; esto denota que la muestra entra dentro de dicho rango.

Con respecto a los resultados se obtuvieron al escuchar música sedante fueron los siguientes:

Tabla I. La media, desviación estándar pre y post al escuchar música sedante en sujetos ambivertidos, en el nivel del estado de ansiedad
Tabla II. La media, desviación estándar pre y post al escuchar música sedante en sujetos introvertidos, en el nivel del estado de ansiedad
Tabla III. Comparación entre introvertidos y ambivertidos al escuchar música sedante en el nivel del estado de ansiedad

Discusión

Como se puede ver en las tres tablas la música sedante occidental es una excelente herramienta para reducir el nivel del estado de ansiedad en las personas introvertidas (ver tabla II); con un nivel de P< .01; por ende, se acepta la hipótesis I y en las ambivertidas (ver tabla I); con un nivel de P< .01; por consiguiente, se acepta la hipótesis II, aunque, como se puede ver es significativamente superior la relajación que se obtiene en las personas introvertidas que en las personas ambivertidas, a un nivel de significancia P< .01 (ver tabla III), de ahí que, se acepte la hipótesis III.



Por lo tanto, la música sedante en general es un excelente paliativo y una herramienta eficaz dentro de lo que se ha dado por llamar la medicina alternativa, ante situaciones especificas de estrés; y por ende, es efectiva ante el estado de ansiedad; lo cual, apoya la teoría de Spielberger, 1966 a, b, 1972 y 1980; sobre el constructo de estado de ansiedad; así como, la teoría de la musicoterapia, la cual, fue postulada entre otros autores por ejemplo: Gaston, 1951; Altshuler, 1952 y 1954; Meyer, 1957 y 1966; Dibner, 1958; Lidz, 1968; Korn, 1970 y Poch, 1999. Y posteriormente, confirmada por una gran cantidad de resultados empíricos emanados de una gran cantidad de experimentos; entre ellos se encuentra los de Robb, 1995; Augustin y Hains, 1997; Walters – Larsen y col, 1998; Biley, 2000; Vickers y Cassileth, 2001; Knight, 2001; Evans, 2002; Yung y col, 2002; Nilson, 2003; Yilmaz, 2003; Lee y col, 2004; y por supuesto la presente investigación.



Con respecto a la teoría de Eysenk, 1952, 1967 y 1985 y posteriormente retomada por Fisher, 1973; Amelang, 1991; Derryberry, 1988; Revee, 1995 y Fink, 2004 queda nuevamente confirmada con el presente experimento, dichos resultados se pueden observar en la tabla III, con un nivel de significancia de .01; de lo anterior, cabe deducir la siguiente inferencia, de que las personas ambivertida prefieren en general una mayor dosis de estimulación que las personas introvertido, por lo tanto; se deduce que las personas que tienen un temperamento de tipo introvertido van a lograr niveles óptimos de arousal a niveles bajos de estimulación externa. En cambio, en las personas que presentan un tipo de temperamento ambivertidos van a lograr niveles óptimos de arousal a niveles moderados de estimulación. De lo cual, se puede desprender, que el uso de la música sedante va a tener un mayor efecto en las personas que tengan un tipo de temperamento introvertido que aquellas que tengan un temperamento ambivertido. Por lo anteriormente expuesto, el uso de la música como herramienta terapeutica o bien como una psicoterapia en sí mismo no va a ser totalmente efectiva en todas las personas, va a tener una mayor efectividad en las personas introvertidas que en las personas ambivertidas.

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