Véase también violación.
En psiquiatría, el abuso sexual de un adulto se refiere a cualquier forma de contacto sexual no consensuado o comportamiento sexual dirigido hacia un adulto sin su aprobación explícita.
Esto puede incluir una variedad de actos, desde el contacto físico no deseado hasta otras formas de coerción sexual, como la intimidación para realizar actos sexuales, la explotación sexual o la violación.
El abuso sexual puede tener efectos devastadores y duraderos en la salud mental de la víctima, incluyendo:
Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT): Donde la persona puede experimentar flashbacks, pesadillas y ansiedad severa relacionados con el trauma.
Depresión: Sentimientos de tristeza profunda, desesperanza y un estado de ánimo deprimido que persiste.
Ansiedad: Incluyendo trastornos de ansiedad generalizada, ataques de pánico, y fobia social.
Desórdenes de la Conducta Alimentaria: Como la anorexia o la bulimia, que pueden ser desencadenados o exacerbados por el trauma.
Problemas de Relación: Dificultades en establecer o mantener relaciones saludables y de confianza con otros.
El tratamiento para los sobrevivientes de abuso sexual puede ser complejo y multifacético, involucrando generalmente terapia psicológica, apoyo médico, y a veces medicación para manejar los síntomas de salud mental. La terapia puede incluir técnicas como la terapia cognitivo-conductual (TCC), terapia de exposición, o terapia centrada en el trauma para ayudar a la persona a procesar y superar el trauma. También es crucial el apoyo emocional y social para la recuperación.