Autor/autores:
Paxton Bach, Samantha Robinson, Christy Sutherland...(et.al)
Hasta la fecha, más de 4 millones de personas en todo el mundo han sido infectadas con el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus (SARS-CoV-2), lo que ha provocado más de 250000 muertes. Las poblaciones que corren un riesgo particular incluyen muchos de los sectores más vulnerables de la sociedad: encarcelados personas, personas que residen en cuidados a la...
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Hasta la fecha, más de 4 millones de personas en todo el mundo han sido infectadas con el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus (SARS-CoV-2), lo que ha provocado más de 250000 muertes. Las poblaciones que corren un riesgo particular incluyen muchos de los sectores más vulnerables de la sociedad: encarcelados personas, personas que residen en cuidados a largo plazo, minorías y personas con trastornos por uso de sustancias.
Teniendo en cuenta las altas tasas de mortalidad atribuibles a la actual crisis de sobredosis de opioides, quienes consumen sustancias ilícitas ahora se ven atrapados en dos emergencias de salud pública simultáneas. Este grupo podría verse además en desventaja por las barreras a la implementación de medidas de salud pública destinadas a reducir la transmisión del virus. (por ejemplo, distanciamiento físico) debido a una gran cantidad de problemas sociales y estructurales, incluida la pobreza, el empleo inestable, la marginación y la falta de vivienda, mientras que tienen tasas más altas de comorbilidades que presagian peores resultados si se infectan.
En respuesta a estas crisis duales, las autoridades sanitarias han implementado cambios de política para proporcionar nuevas herramientas a los profesionales que tratan a pacientes con trastornos por uso de sustancias, eludiendo las barreras previas al tratamiento, como el acceso inadecuado y la administración de medicamentos reglamentada de manera prohibitiva. Por ejemplo, en varias jurisdicciones de América del Norte la buprenorfina más naloxona ahora puede iniciarse mediante telesalud, se ha otorgado flexibilidad a los farmacéuticos para ajustar las dosis de la terapia con agonistas opioides, se han suavizado las restricciones sobre la elegibilidad para la terapia con agonistas opioides para llevar a casa y se han implementado programas de administración. establecido para llevar metadona directamente a pacientes sin hogar alojados en hoteles de aislamiento.
En el Reino Unido, el Consejo Asesor sobre el Uso Indebido de drogas ha recomendado que se otorgue a los farmacéuticos la autoridad para proporcionar temporalmente medicamentos controlados sin receta y ajustar las frecuencias de dispensación según sea necesario. Todas estas medidas están destinadas a ayudar a los pacientes a aislarse a sí mismos y aplanar la curva, pero para muchos con trastornos por consumo de sustancias especialmente graves son insuficientes.
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