Propósito de la revisión
La anorexia nerviosa grave en pacientes adultos representa un desafío significativo para los profesionales de la salud debido a la alta tasa de tratamientos infructuosos y la falta de modificaciones adecuadas en el entorno, las terapias o las intervenciones nutricionales.
Este artículo busca analizar los enfoques disponibles y subrayar la nece...
Propósito de la revisión
La anorexia nerviosa grave en pacientes adultos representa un desafío significativo para los profesionales de la salud debido a la alta tasa de tratamientos infructuosos y la falta de modificaciones adecuadas en el entorno, las terapias o las intervenciones nutricionales.
Este artículo busca analizar los enfoques disponibles y subrayar la necesidad de estrategias dinámicas y adaptativas que prevengan la progresión hacia una condición crónica.
Hallazgos recientes
Los entornos para tratar a personas con anorexia nerviosa varían ampliamente, desde la atención primaria con un médico de cabecera hasta servicios especializados y altamente intensivos. Entre estos entornos se incluyen prácticas psiquiátricas independientes, equipos de salud mental comunitarios (CMHT), servicios ambulatorios especializados, programas de intervención temprana, y modalidades más intensivas como tratamiento ambulatorio de alta intensidad, guarderías especializadas, servicios hospitalarios y tratamiento residencial.
En un servicio especializado, el tratamiento debe iniciarse con enfoques basados en evidencia que incluyan psicoterapia específica para la anorexia nerviosa, asesoramiento dietético y monitoreo físico riguroso. Estas intervenciones iniciales pueden complementarse con estrategias específicas como terapias familiares y creativas. Si estas medidas no resultan efectivas, el tratamiento debe intensificarse.
Los médicos podrían integrar abordajes adicionales como tratamientos para comorbilidades psiquiátricas o físicas, medicación específica para la anorexia nerviosa y técnicas avanzadas como la neuroestimulación no invasiva. Para casos refractarios y con un historial de tratamientos infructuosos, la estimulación cerebral profunda (DBS) puede ser considerada como una medida extrema para evitar la cronificación de la enfermedad.
En cuanto a las intervenciones nutricionales, estas pueden escalarse desde el asesoramiento inicial hasta métodos más agresivos como la alimentación por sonda nasogástrica. En pacientes que requieren alimentación prolongada por sonda nasogástrica, se puede optar por una gastrostomía endoscópica percutánea (GEP). Además, aquellos que presentan episodios de vómito recurrente podrían beneficiarse de la alimentación mediante sonda nasoyeyunal, garantizando una mejor absorción de los nutrientes.
Resumen
El tratamiento para la anorexia nerviosa en adultos debe revisarse regularmente y adaptarse según las necesidades del paciente. Es crucial intensificar las intervenciones cuando sea necesario, incluyendo enfoques innovadores y multidisciplinarios, para evitar que la enfermedad se vuelva crónica. Un enfoque proactivo y flexible es esencial para mejorar los resultados y la calidad de vida de los pacientes afectados por esta compleja condición.
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