Autor/autores:
Jonathan Posner, Joanna Steinglass
La anorexia nerviosa (AN) es una enfermedad mental grave que se asocia con una elevada morbilidad y mortalidad. La característica central y más evidente de la AN es la restricción de la ingesta alimentaria, lo que lleva a un peso corporal peligrosamente bajo. El inicio de esta enfermedad es más común durante la adolescencia media y afecta aproximadamente al 1% d...
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La anorexia nerviosa (AN) es una enfermedad mental grave que se asocia con una elevada morbilidad y mortalidad. La característica central y más evidente de la AN es la restricción de la ingesta alimentaria, lo que lleva a un peso corporal peligrosamente bajo.
El inicio de esta enfermedad es más común durante la adolescencia media y afecta aproximadamente al 1% de las mujeres a lo largo de su vida, sin distinción de clase socioeconómica. A pesar de los avances en los tratamientos para adolescentes con AN, las tasas de remisión siguen siendo desalentadoras, ya que menos del 50% de los adolescentes responden satisfactoriamente al tratamiento inicial.
Para aquellos adolescentes que logran una remisión inicial, el panorama sigue siendo desafiante, ya que las recaídas son frecuentes y el riesgo de desarrollar trastornos afectivos, como depresión y ansiedad, en etapas posteriores de la vida es considerable.
Estos problemas emocionales adicionales complican aún más la recuperación y pueden contribuir a la naturaleza persistente y crónica de la AN en algunos pacientes. Las recaídas, además de la coexistencia de trastornos afectivos, resaltan la necesidad urgente de enfoques terapéuticos más efectivos y sostenibles para esta enfermedad compleja.
La anorexia nerviosa no solo impacta el bienestar físico al reducir drásticamente el peso corporal, sino que también afecta el bienestar emocional, social y funcional de los adolescentes. Las complicaciones de salud asociadas con AN incluyen problemas cardiovasculares, desmineralización ósea y trastornos hormonales, los cuales, en casos graves, pueden llegar a ser irreversibles y comprometer la vida del paciente.
El tratamiento temprano y adecuado es crucial, pero los recursos y la efectividad de los tratamientos disponibles actualmente son limitados. La terapia familiar es uno de los enfoques más comúnmente utilizados en adolescentes, pero la tasa de éxito sigue siendo baja, lo que subraya la necesidad de investigar nuevos enfoques y desarrollar tratamientos que respondan mejor a las necesidades de los jóvenes afectados.
Dado que la AN afecta a adolescentes de todas las clases sociales, es fundamental desarrollar intervenciones accesibles y efectivas que también contemplen el apoyo continuo para evitar recaídas y manejar los problemas emocionales asociados. La anorexia nerviosa es un trastorno multifacético que requiere un enfoque integral y personalizado para mejorar las tasas de remisión y apoyar a los adolescentes y sus familias en el proceso de recuperación.
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