“La Navidad es una época no solo de regocijo, sino de reflexión” Winston Churchill
La Navidad, un tiempo aparentemente lleno de alegría y celebración y que desencadena una serie de emociones diversas en las personas.
Mientras que para algunos representa un período de felicidad, unión familiar y esperanza, para otros puede ser un momento desafiante y estresante que desencadena en sentimientos de ansiedad, soledad o tristeza.
¿Cómo impacta psicológicamente la Navidad en las personas y cuáles son las consecuencias de este impacto?
Presión social y expectativas elevadas
Sentirnos en la obligación de que nos guste la Navidad y de que la vivamos, la disfrutemos y nos dejemos llevar por el ambiente navideño lleno de luces y villancicos. El esperar que uno esté feliz, rodeado de familia y amigos, puede crear una sensación de estrés o de falsas apariencias para aquellos que no disfrutan con estas fiestas.
Sentimientos de soledad y nostalgia
Poner la mesa con un cubierto de menos siempre es difícil. Pero en estas fechas en las que "hay" que reunirse, todavía lo es más… Las festividades centradas en la familia pueden agravar la sensación de pérdida y nostalgia, generando un aumento en los niveles de angustia emocional. Es importante respetar las emociones y decisiones de cada persona, tanto si decides no celebrar la Navidad porque no sientes alegría, o si decides hacerlo por todo lo alto tal y como te enseñó quien ya no está. No te preocupes, lo estás haciendo bien.
Presiones económicas
La compra de regalos costosos, para las cenas elaboradas o los viajes... pueden ser una fuente significativa de ansieda. El sentimiento de obligación de gastar más de lo que uno se puede permitir, afecta negativamente a la salud mental de las personas. Buscar el equilibro y saber decir no, es importante para superar estas fechas sin más gastos de lo necesario. El mejor regalo, siempre, es poder estar.
Estrategias para vivir (no sobre-vivir) la Navidad
Aprender a decir no y establecer límites en cuanto a las actividades y compromisos, ya sean económicos o familiares. Priorizar el descanso, la alimentación saludable, el ejercicio y las actividades que brinden placer y relajación, puede ayudar a manejar el estrés.
Salud mental también es sentirte libre de hacer y decir lo que sientes.