Comunicación familiar y adicción
Se habla mucho acerca de la importancia de informar sobre las drogas, así como de la relevancia de discutir temas que comúnmente resulta difícil de tratar en familia por la creencia de que se pudiera herir a la pareja o a los hijos. Sin embargo, si realmente deseamos el bienestar de nuestros seres queridos tendríamos que hablarles de la realidad, realidad que ya están viviendo nuestros hijos.
Comunicación familiar y adicción
Gilberto Espino González*
Se habla mucho acerca de la importancia de informar sobre las drogas, así como de la relevancia de discutir temas que comúnmente resulta difícil de tratar en familia por la creencia de que se pudiera herir a la pareja o a los hijos. Sin embargo, si realmente deseamos el bienestar de nuestros seres queridos tendríamos que hablarles de la realidad, realidad que ya están viviendo nuestros hijos.
Aprendemos a comunicarnos, primero, en el núcleo familiar; los padres emiten mensajes que los hijos aprenden y utilizan para interactuar en su medio social. Incluso los niños utilizan las mismas palabras dichas por los adultos.
La comunicación requiere dos interlocutores: el emisor quien emite un mensaje y el receptor, quien interpreta el mensaje a partir de un código común, entendible por los dos.
Existen diversas formas de comunicarnos: el llanto, los movimientos corporales, los gestos, el lenguaje oral o escrito, la expresión artística (pintura, escultura, escritura, etcétera). El lenguaje verbal y no verbal de un emisor puede ser congruente o contradictorio, lo que vuelve compleja la comunicación.
El ser humano depende de los padres al nacer y la familia es la primera instancia en ofrecer el contexto para crecer, desarrollarse y comunicarse.
El recién nacido establece sus primeras interacciones con la madre y el padre. Estos satisfacen sus necesidades tanto físicas como emocionales lo que facilitará aprender a expresar afecto, y adquirir un sentido de identidad y pertenencia, con la finalidad de generar en el pequeño confianza y seguridad para actuar facilitándole su autonomía, la cual se verá reflejada en sus acciones posteriores.
Los padres somos modelos de conductas, valores y normas que seguirán nuestros hijos, somos los primeros promotores de su formación. En la medida que estas conductas, valores y normas se realicen de manera congruente, teniendo como base el afecto, el niño será un individuo íntegro en su forma de ser. Según como se lleve a cabo esta enseñanza, el niño aprenderá el concepto de límite y a comunicar sus necesidades a sus hermanos y amiguitos; con la guía de los padres aprenderá a compartir y cooperar, a manejar frustraciones, rivalidades y celos, así como a quererse y a mantener relaciones interpersonales positivas sorteando las negativas.
De acuerdo con los valores y con el marco que establece la sociedad, la familia crea su propio sistema de creencias, sus propios valores, normas y reglas que permitirán la expresión de afecto, la capacidad de decisión y la negociación circunstancial de problemas.
Los patrones de conducta que se realizan en la familia son dinámicos y pueden ser confrontados y adaptados a los cambios requeridos por las diferentes etapas que cursa el ciclo vital de la familia.
El crecimiento de los hijos es un factor importante para cambiar las reglas de la familia, las que deberán ser congruentes con la etapa del desarrollo que va viviendo cada hijo. Cada etapa de desarrollo de los hijos pone a prueba el sistema familiar con diferentes desafíos que obligan a buscar nuevos patrones de relación.
La solución del conflicto familiar dependerá del tipo de interacción que se dé entre los miembros de la familia, así como de la atención que los padres brinden a los hijos, no sólo en cantidad, sino en calidad.
Cuando la familia experimenta situaciones que exigen un cambio en su dinámica, pero se le dificulta aceptar a la flexibilidad y la negociación de nuevas reglas para mejorar, es porque existen problemas que pueden provocar algún tipo de síntoma.
A continuación describiré algunos tipos de familia que deberían cambiar su forma de relacionarse y de comunicarse, para evitar un posible síntoma. Es importante destacar que las características de cada tipo de familia pueden encontrarse en una misma familia. Aquí enumero algunas de las principales formas en que pueden presentarse.
Tipos de familias:
Familias rígidas.
Familias psicosomáticas.
Familias Amalgamadas.
Familias negadoras.
Familias Acordeón.
Familias con un padrastro.
Familias con un fantasma.
Familias centradas en los hijos.
Familias con un sólo padre.
Familia extremadamente flexible.
Familia de tres generaciones.
La estructura de una familia es básica para prevenir patologías de tipo emocional entre sus miembros. La comunicación clara y directa propicia las relaciones estables y el aprendizaje de valores, así como la toma de decisiones; fortalece la identidad; si se mantiene la comunicación en la familia es posible que los hijos sean menos vulnerables a las influencias negativas, tengan la capacidad de decir no y no permitan que los manipulen o presionen.
Puntos importantes que deben considerarse para establecer una buena comunicación en la familia
o Padres e hijos deben aprender a expresar sus sentimientos y ser congruente con su pensar, sentir y actuar.
o Utilice el pronombre yo al comenzar las oraciones, para evidenciar de que forma asume la responsabilidad de sus palabras. Cambie la forma imperativa: "¡Quiero que...!" por "¡Me gustaría que...!" De esta forma la relación familiar no se rompe, y se evitan los malos entendidos.
o Ceda la palabra. Hablar al mismo tiempo impide escuchar.
o Escuche atentamente.
o Sea tolerante y paciente; mantenga la calma.
o Evite discusiones estériles.
o Póngase en los zapatos del otro.
o Pregunte a sus hijos, es ideal para conocerlos mejor.
o Es importante que mantenga contacto visual cuando hable con sus hijos, incluso les puede mostrar afecto tomando sus manos.
o Hable no solo de las cosas que le molestan de su pareja e hijos, también sobre las cosas que le agradan de ellos.
o No juzgue ni critique a sus hijos cuando comenten algo que no le agrade; esta actitud podría alejarlos.
o Hable de los valores humanos con sus hijos y póngalos en práctica.
Si la comunicación se establece adecuadamente, sus hijos tendrán la confianza para expresar sus sentimientos y para aclarar las dudas con la guía u orientación de su parte.
Las relaciones familiares se harán más sólidas si se establece una buena comunicación, que permita a los hijos hablar de su independencia.
Si los canales de comunicación se encuentran bloqueados de manera impositiva habrá una resistencia a cambiar, dándose como resultado el desarrollo de un síntoma que pudiera ser la válvula de escape, en este caso el consumo de drogas, favoreciendo una adicción.
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