Introducción:Es indudablemente más fácil cruzar el canal de la mancha, que lograr aproximaciones de escuelas psicoanalíticas. Nuestra intención es atravesar parte del cúmulo de ideas, teorías y doctrinas que orgánicamente se llama “escuela inglesa”, con el ariete de nuestra investigación para la tesis, instalada ésta dentro del paradigma lacaneano, que nos llevó a preguntarnos por lo imposible del Real aislado y desarticulado de anudamiento.El anhelo de este trabajo es el de promover y enriquecer nuestro recorrido, con posturas claves de autores como M.Klein, D.Winnicott, J.Riviére y otros. Nos servimos de dos ejemplos para pensar la experiencia Real pura, y por ello condenada a silenciarse: 1) Lo Real en la emergencia de objeto en la alucinación, tras y por el subsecuente delirio organizador. 2) Lo Real en el sueño de angustia y pesadilla, por el despertar a la vigilia que precipita. Metodología: Curso de acciónNuestro propósito es el de vertebrar estas cuestiones desde Winnicott, por ser un pensador innovador de la corriente inglesa, y que además pudo abrevar en la obra completa de Klein, quien, no obstante, jamás lo incorporó dentro de sus seguidores inmediatos como a P.Heimann, S.Isaacs (1), J.Riviére, la segunda analista de WinnicottEs decir un psicoanalista inglés, pero con autonomía (independencia relativa, para usar sus términos teóricos) respecto no sólo de Klein sino del mismo Freud, a quien tampoco acompañó en las vicisitudes de la pulsión de muerte. (2) Pero fundamentalmente porque hallamos en Winnicott a un avanzado investigador de las fases de maduración de la relación infante – progenitor (3), donde encontramos a priori, una preocupación en algo solidaria con nuestro interés por desentrañar la madeja de lo que hemos parangonado en el discurso lacaneano al nudo subjetivo o borromeo.a)*
Nos interesa al final del trabajo poder expedirnos acerca de cierta analogía que establecen los elementos progenitores e infante entre sí por un lado, con los elementos Real, Simbólico e Imaginario por el otro.Contamos con que la pareja madre-bebé nos ilustre y provea esclarecimiento respecto de esa tridimensión. Desarrollo:Un poco de historia: en la cuenta de la escuela inglesa es digno la mención de E. Jones, pionero, autor de “Las pesadillas”, especialmente interesante para nuestro estudio – que no abordaremos aquí- y que además de ser el biógrafo oficial de Freud, tuvo los méritos de conectar en 1923 al pediatra Winnicott con su primer analista J.Strachey, así como de invitar a residir a M.Klein en Londres entre las dos guerras mundiales.
1) S.Isaacs”Naturaleza y función de la fantasía” p.73 a 802) D.Winnicott “Un modo personal de ver el aporte kleiniano” p. 230 3) D.Winnicott “La teoría de la relación entre progenitores-infante” p. 59 a 61* Para letras y sus referencias ver el apartado de Conclusión y síntesis M.Klein y Ana Freud que, con sus diferencias, se transformarían en cimientos del edificio conceptual psicoanalítico inglés. El mérito de Winnicott fue el de no tomar parte de esas diferencias.M.Klein por introducir el juego con objetos pequeños como reemplazo de la asociación libre, otorgó chances operativas y abrió el psicoanálisis a los niños junto con ello la posibilidad de examinar -in situ-, a los postulados teóricos freudianos, que en los análisis de adultos se inferían sobre el dinamismo intrapsíquico infantil.Oportunidad que Klein no sólo no desaprovecha, sino que amplía su investigación a los límites peri natales. Por recomendación de Strachey, Winnicott se acercará a Klein, con quien continuará aprendiendo, supervisando y progresando en su ya emprendida labor clínica.Winnicott progresivamente se va a ir distinguiendo y diferenciando de Klein, entre otras cosas por el énfasis contrario a la irreductibilidad que ella otorgó a la pulsión de muerte a lo largo de su obra.Tal como se aprecia ya en una de sus primeras publicaciones “la acción interna del instinto de muerte produce el temor al aniquilamiento” (4), hasta el reafloramiento de la pulsión, pero como envidia primaria en “Envidia y gratitud”.Para Klein, ante el riesgo de implosión y retaliación por la pulsión sádica, un yo muy inmaduro es forzado a movimientos defensivos “primer encuentro entre economía y representación”
(5) Principio del desencuentro entre la energía pulsional libre y surgente con las fuerzas psíquicas del yo, que intentan domeñarla del caos y confusión. (6) Pero desajuste, porque al combatir al sadismo con feroces recursos primarios (7)-integración y culpa- sólo se agrega ansiedad persecutoria. Aún así confianza kleiniana en que el yo evolucione y establezca “verdadera relación con la realidad” (8) Posteriormente sabremos por Lacan, de la existencia de un resto Real no subsumible a los principios del placer/realidad. Si bien Winnicott le reconoce a Klein una máxima penetración en los mecanismos mentales discrepa con ella, cuando lo aplica tan tempranamente al bebé en crecimiento.A su entender Klein ignora el quehacer materno suficientemente bueno, base del miedo al talión y a la escisión del objeto. En ese punto, Winnicott es un tanto injusto con Klein. Bastaría con leer”Observando la conducta de bebes”. (9) Nos parece que Winnicott fundamentaliza la importancia de la provisión materna, es demasiado absoluto al considerar que su privación, arroja al caos más que a cualquier otra reacción defensiva. Resta valor a las contingencias posteriores de la vida.
4) M.Klein “La vida emocional del lactante” p. 1775) L.Musumeli “De la hipótesis de la pulsión de muerte a la función del analista como objeto de uso” p.176) M.Klein “La importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del yo “p. 210.7) J.Riviere” Sobre la génesis del conflicto psíquico” p. 578) M.Klein “La importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del yo “ p. 2119) M.Klein”Observando la conducta de bebés” p. 213 Otro crucial aspecto teórico kleiniano, es la aparición temprana del Edipo (10), desde donde hace derivar ansiedades esquizoparanoides y depresivas (11) más tempranas e intensas, así como sus correspondientes mecanismos de defensa específicos de cada posición.Desde este ángulo, sin entrar en las contradicciones Kleinianas (12), y después de cotejar a P.Heimann (13) - aunque ella no lo sugiera - creemos que vale la pena confrontar nuestras premisas de investigación con los mecanismos defensivos, en particular con el de escisión (b).La importancia de la escisión sobresale al darnos cuenta que el mecanismo defensivo más elaborado y tardío de Klein, el de identificación proyectiva, tiene en su base a la apropiación de elementos previamente escindidos orbitando en derredor del yo. Ahora examinaremos, en relación a nuestro empeño, la teoría de Winnicott sobre los fenómenos de objeto y espacio transicional.
Según Winnicott, a estos objetos se los encuentra en “diversos procesos de transición” (14) y como nosotros estamos ocupándonos en cierto sentido de transiciones, como ser la que existe entre el sueño de angustia y el despertar o entre la alucinación y el delirio. Recordemos que Winnicott se refiere a distintas transiciones. Una de ellas se vincula con las relaciones de objeto, en la que el bebé se lleva el puño a la boca, luego el pulgar, después hay una mezcla del uso del pulgar y de los demás dedos y, poco a poco comienza a usar objetos que no son parte de él ni de la madre. Otra transición es la que media entre el control omnipotente de los objetos exteriores y la renuncia a ese control. Hay una clase de transición que tiene especial valor para nosotros por presentarnos el alcance que tiene la alucinación para Winnicott. Es la que sucede entre el pasaje de un objeto subjetivo para el bebé, a otro objeto externamente percibido u objetivo. Recordemos que hacemos nuestra la premisa de que el objeto desligado o escindido (15) de representación, y por ello Real, irrumpe en la alucinación, siéndole imposible consistir como tal, y por ello constreñido a re anudarse por exigencias de estructura junto a lo imaginario y simbólico en el delirio. Para Winnicott, en los primeros meses de vida, cualquier objeto que entabla relación con el bebé es considerado creado por éste. “Es como una alucinación”.
(16) El bebé aprovecha cierto objeto dado y le superpone otro creado alucinatoriamente. 10) M.Klein ”Estadios tempranos del conflicto edípico” 11) J.Riviére “Contribución al análisis de la reacción terapéutica negativa” p.135 12) L.Musumeli ”De la hipótesis…” p.22 y 23 13) P.Heimann ”Algunas funciones de introyección y proyección en la temprana infancia”p.121, 122 14) D.Winnicott ” El destino del objeto transicional” p. 72 15) Nos abstraeremos en éste trabajo, del porqué el objeto se evidencia puro, como cosa, como“Das Ding”.16) D.Winnicott “El destino del objeto transicional “p.72 No sería ninguna “realización simbólica“(Sechehave), ya que no es la conversión del símbolo en algo real sino más bien la transformación en real de la alucinación, que brinda al bebé el inicio del uso del símbolo. Con el objeto transicional se alcanza la función de primer símbolo; símbolo que aquí es al mismo tiempo la alucinación y una parte objetivamente percibida. Winnicott apreciará a la buena o mala actitud materna, en función de poder disponer empáticamente que un objeto real esté allí, justo donde su bebé alucina a un objeto.Ya que de lo que finalmente se trata es de crearles a los bebés la ilusión de que han creado al objeto.
Continua...
Universidad de Buenos Aires