La esquizofrenia es una enfermedad mental grave, en la que las personas
interpretan la realidad de forma anormal. La prevalencia de la esquizofrenia en
México es la misma a la del resto del mundo, con índices que van desde 0.7 al
1.3 %. De acuerdo a la Dirección General de los Servicios de Salud Mental de la
Secretaría de Salud de nuestro país, se estima que hay medio millón de
afectados en el país y el 50% ni siquiera tiene acceso a un tratamiento adecuado.
Los síntomas que caracterizan a esta enfermedad son una combinación de
alucinaciones y delirios en el que puede haber un discurso desorganizado,
comportamiento motor disfuncional, mal humor, agresividad y otros.
En lamayoría de los casos, los pacientes con esquizofrenia conviven con sus
familiares, quienes deben tener habilidades para contestar variaciones
intrínsecas y del medio ambiente en el que se encuentra, teniendo la destreza
para modificarse y enfrentarse a circunstancias sin afectarse ni perder su
constancia. Lamentablemente, no siempre es así, pues desde que se
diagnostica esquizofrenia en uno de los integrantes de la familia, se originan
cambios en la dinámica familiar. Esto permite reflexionar en una pregunta
¿Es la esquizofrenia una enfermedad que afecta solamente a quien la padece?
A mi entender, la esquizofrenia es una enfermedad que afecta a la familia entera, pues
ocasiona alteración en los roles sociales, desequilibrio en las demandas
psicológicas y emocionales, e inclusive limitaciones económicas (Martínez M,
Estrada C y Vélez A. 2020). Para clarificar la idea me gustaría describir cómo
pueden verse alteradas las funciones familiares de acuerdo a los roles que han
sido previamente definidos en el grupo.
Para empezar, debemos definir las relaciones familiares que se conciben como
un proceso de interacción entre los miembros de la familia que integran el
sistema, a partir de estas interacciones se establecen vínculos que les permiten
a quienes integran el núcleo familiar permanecer unidos y pugnar por alcanzar
las metas que tienen en común. Las interacciones en la familia se manifiestan
por medio de la comunicación, la cual permite observar los conflictos, las reglas
y normas que regulan el equilibrio del sistema familiar, ya que el comportamiento
de cualquier elemento del sistema lo altera en su totalidad (Amarís, Paternina y
Vargas, 2004). Las relaciones familiares están ligado al rol que cada uno de los
miembros desempeña y son propios de cada subsistema familiar como la pareja,
formado por madre y padre y los hijos, compuesto por los hermanos.
Dependiendo del rol que desempeñe el miembro con esquizofrenia tendrá un
impacto diferente en la dinámica familiar.
Madre
De acuerdo a los roles tradicionales, la madre es el núcleo familiar, que se
encarga del cuidado y administración de la casa. Por lo tanto, cuando la madre
es quien padece esquizofrenia se pierde esta figura generando una experiencia
de abuso, negligencia de atención. El sentido de la realidad distorsionada de su
madre tenía un efecto profundo sobre su capacidad de satisfacer las
necesidades básicas de los hijos de manera consistente. Muchas veces son los
hijos los que se convierten en los cuidadores de sus madres, incluso a temprana
edad. Algunos de ellos recibieron maltratos físicos, experiencia de aislamiento,
respecto a sus iguales, comunidades y propias familias. Los episodios psicóticos
generaban miedo y confusión por falta de conocimiento de la enfermedad, ya
que generalmente no se les explica en que consiste la enfermedad. Los hijos
también llegan experimentar una sensación de culpa y la creencia de que ellos
causaron de alguna manera la aparición de la enfermedad de sus madres. Los
contactos con los servicios hospitalarios para la salud mental son vividos como
algo negativo, ya que sus madres con alejadas para ser hospitalizadas, pero rara
vez tuvieron una explicación sobre lo que estaba ocurriendo. Esto culmina en el
desarrollo de una infancia difícil en los ámbitos físicos, psicológicos y sociales.
Padre
En el caso de que sea el padre quien padece esquizofrenia incapacitante, existe
inestabilidad económica, ya que generalmente es la figura paterna quien ejerce
un rol de proveedor. En consecuencia, la madre tiene que conseguir un empleo
y seguir a trabajar. Esto también ocasiona una sensación de abandono,
confusión y ambivalencia. Antonio Hernández (2017), comparte la experiencia
de vivir con un padre enfermo de esquizofrenia: “Por una parte, cuando estás en
casa tienes que enfrentarte al comportamiento aleatorio y paranoico de una
persona enferma que no para de hostigarte con sus enredos mentales. Por otra
parte, en el exterior tienes que disimular todo lo que te pasa en casa porque a
nadie le incumben los asuntos privados de tu familia.” La experiencia de Antonio,
empata con lo que nos describen Martínez M, Estrada C y Vélez A. (2020) en su
artículo “Relaciones de Familia”, en el que nos explica que las familias de las
personas con esquizofrenia suelen recibir rechazos y discriminación del entorno
social, lo que ocasiona aislamiento y tensión. Esto puede explicar la necesidad
de Antonio de disimular que las cosas en casa están bien.
Hijos
Cuando alguno de los hijos tiene esquizofrenia, generalmente los padres suelen
prestar más atención a las necesidades del hijo enfermo. Esto ocasiona en los
hermanos del enfermo sentimientos de envidia, desprecio entre otros
sentimientos negativos. Sin duda este tipo de respuesta favorece una
comunicación disfuncional entre padres e hijos teniendo como consecuencia el
aislamiento del entorno familiar y dificultando la consecución de estrategias
efectivas para el afrontamiento de problemas según la etapa del desarrollo en la
que se encuentre (Padilla M.). Además, es importante mencionar que los
cuidados que requiere un hijo con esquizofrenia generan sobrecarga al cuidador
principal, que generalmente es la madre quien tiene una gran cantidad de
funciones del hogar a su cargo, aumentando los niveles de fatiga y estrés (Hsiao
y Col, 2015). El estrés a su vez, predispone a la violencia familiar, afectando la
ya complicada dinámica familiar.
El diagnóstico de esquizofrenia en algún miembro de la familia altera la dinámica
familiar y obliga a los integrantes a restructurar la funcionalidad a nivel individual
y social. El impacto que genera esta grave enfermedad mental, dependerá no
solo de quien sea el integrante afectado, sino también de las habilidades y
herramientas que tenga el grupo para un afrontamiento efectivo de las
eventualidades que la enfermedad genere. Por lo tanto, es menester aplicar
intervenciones que fomenten la adaptación en diferentes escenarios, como por
ejemplo la terapia familiar y la psicoeducación (Barbagelata, N. 1999). También
son importantes el fomento de la comunicación asertiva, la expresión de
emociones y el desarrollo de habilidades resilientes. Si la familia cuenta con
herramientas para sobrellevar esta situación y reajustar adecuadamente la
dinámica familiar, podrá brindarle acompañamiento, apoyo y soporte emocional
durante el proceso de la enfermedad, lo cual promueve las recaídas y previene
la aparición de otros trastornos relacionados con la salud mental en el resto de
los integrantes de la familia.
Bibliografía:
1. Barbagelata, N. (1999). Intervención familiar en la esquizofrenia y otros
trastornos psicóticos: la terapia familiar y la Psicoeducación. ¿Qué, cuándo y
cómo? Revista de psicoterapia relacional e intervenciones sociales (5), 9-27.
Recuperado el 18 de diciembre de 2021, de https://cutt.ly/JrHpV50
2. Martínez M, Estrada C y Vélez A. 2020. (20 de diciembre de 2021).
Relaciones de familia en pacientes con esquizofrenia. Archivos Venezolanos
de Farmacología y Terapéutica, 39, 643- 648.
3. (Hsiaa y Col 2015) Factors of caregiver burden and family functioning among
Taiwanese family caregivers living with schizophrenia.1546–56. Disponible
en: https://doi.org/10.1111/jocn.12745
4. Hernández A. (2017). Así es la vida cuando tu padre sufre esquizofrenia. 20
de diciembre de 2021. Sitio web:
https://www.vice.com/es/article/ypkpwy/asi-es-la-vida-cuando-tu-padresufre-esquizofrenia
5. CU. (2013). Hay medio millón de esquizofrénicos en México. 20 de diciembre
de 2021, de UNAM.
Sitio web: https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2013_655.htm
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