A propósito de que cayó en mis manos el primer número de Lacaneanas, tuve la ocasión de releer tú trabajo sobre transferencia (Pablo Fridman) que ya me habías mandado por correo y que en esa oportunidad había leído y anotado ciertas cosas para comentarte.Así que ésta vez, y sin dilaciones me propongo escribirte algo, y espero que sirva.El trabajo merece mi sincera felicitación. Porque se nota que hay dedicación y pensamiento.Como es mi costumbre, cuando critico, lo voy a ir desmenuzando, para así poder decirte lo que fui pensando e hilvanando.Es evidente, que tú afán al discurrir sobre transferencia, es por la importancia que cobra y tiene hoy en el seno del Foro de una escuela por crearse, de allí él título que le pusiste.A mí, y se nota que a vos también, me interesa el fenómeno transferencial en el análisis especialmente.Tú aporte realmente me es valioso.El recorte de la cita de Lacan, que inaugura tu trabajo, pone a la cabeza tu lineamiento guía.Habría en el análisis, dos movimientos en sentido opuesto. Sin detenerme por ahora a señalar órdenes o cronologías; el transferencial y el cernido por vos y opuesto, el del deseo del analista.De acuerdo a la cita de Lacan y como yo la pensé,- con la incitación de tú trabajo /estímulo- , la transferencia logra clivar a la pulsión de su demanda específica, buscando con ello sostener al Otro completo, más que otra cosa. (Incluso más que la anhelada satisfacción). Es que quiero subrayar que lo importante de la necesidad inconciente por supuesto, de instauración de lazos transferenciales, es del orden del sosiego de que el Otro no está castrado y de que al sujeto amante, el deseo, que siempre es del Otro- no lo amenaza. La transferencia va de suyo con el amor, es decir con la unidad y completud con el objeto, en procura de la perfección idealizada.
La pinchadura de ese globo, - por el acto de un analista - que como burbuja narcisística que se rompe puede traer tanta amargura y dolor, que a veces se torna irresistible para algunos pacientes que no toleran la no satisfacción de la demanda reclamada, decía que, lo que hace desvanecer esa ilusión amorosa, estaría motorizado por el deseo del analista, propiciador de deseo del analizante, aquello único y superador de expectativas imposibles.
Otra cosa que me llamó la atención en tú trabajo, fue desde luego, la articulación que haces entre demanda y pulsión .Quisiera que me dijeras porqué optaste por ésta figura, y no por demanda /deseo.
¿Habría diferencias, entre los dos órdenes de oposiciones? .O es la que más sirve, a la cita con la que inauguraste el trabajo, y además permitirte a vos articular a Freud con Lacan.¿Supongo que te referís a la pulsión de muerte que emergería, siempre que el sujeto se desvaneciera en su propia demanda? ¿Podés darme algún tipo de ejemplo?
¿Por qué se te ocurre que la pulsión misma advenga desde la demanda, como punto de emergencia? La transferencia falsea y trastoca - como gato por liebre - a aquel único y singular objeto parcial "a" verdadera causa de deseo, por lo Uno, a manera de garantía o salvaguarda en el mundo (que vos llamas ideal).Respecto, a la cita de Lacan, me voy a tomar un poco de licencia para también reemplazarla.- gracias a la gracia del malentendido en la lectura - ¿A ver que te parece?
Una sola palabra, o mejor aún una sola letra. En lugar de " la transferencia es aquello que de la pulsión aparta la demanda “; propongo considerar lo que sigue, cito, - la transferencia es aquello que de la pulsión aporta a la demanda- Si consideramos a la demanda estructuralmente, la transferencia sería aquello nuevo -coyuntural- .Es que me parece, por experiencia clínica, que un paciente afectado de neurosis de transferencia se torna cuanti y cualitatitavemente diferente en lo que hace a su demanda de amor o de reconocimiento.
El cambio que propongo, es porque creo que en transferencia, la demanda neurótica " natural" se intensifica y esa fortaleza sea probablemente aportada por la pulsión. Creo que en lo sustancial no cambia la perspectiva cifrada por vos ¿pero se puede explorar no?Sí parecería que introduje diferencias con tú opinión, por las complicaciones (para la dirección de la cura) si pulsión y demanda estaban unidas y fueron separadas por el aporte de la transferencia.
Veamos si es tan así. Vos señalas, que como consecuencia de separarse la pulsión de la demanda, ésta última en su independencia, se torna como más dura y hosca respecto del pedido - pura formulación al Otro -.
Dejas claramente entrever, que su disociación de la pulsión (partenaire), es lo que trastocaría a la demanda, ahora más autónoma.
Me parece que por caminos diferentes, llegamos a conclusiones parecidas.
Como en aquella desmezcla pulsional de reminiscencias freudianas que tornaba a Tánatos tan peligroso, la demanda apartada de la pulsión como vos sostenes o por la propuesta que agrego hoy yo, de que es la pulsión la que transfiere a la demanda su intemperancia transferencial .En resumen, merced a la irrupción transferencial, podría verificarse un apartamiento o separación entre la pulsión/demanda, y tal vez por esa disyunción y por razones poco claras, se daría un reforzamiento de la ahora demanda transferencial desde lo pulsional.Ahora bien, sea por reconducir la demanda a la pulsión, o por accionar desentrañando lo real de la pulsión - como forma de acotamiento y reducción de la misma- , podemos obtener de nuestro empeño terapéutico ese convencimiento de lo imposible de la satisfacción de la demanda por incompletud del Otro.Me gustaría me amplíes o aclares allí dónde relacionas el trabajo con el objeto "a" y la transferencia como algo diferente a una sugestión.
Creo que -deseo de analista y poder sugestionante- son opuestos y contradictorios, como lo es la discriminación diferencial al pegoteo del ideal del yo.
Y también creo que oponerse a toda imposición en el análisis que se sustente en un hipotético saber doctrinal o de cualquier forma, pasa a ser una exigencia ética. Ahora quiero discutir contigo el punto dónde discriminas .los efectos de transferencia de la transferencia como operatoria.
Sólo la segunda es desde luego de interés para el psicoanálisis .Y te pregunto ¿si es ésta, la transferencia del dispositivo analítico aquella imprescindible (pero no suficiente agrego yo) para que lo post-ceda el deseo del analista? **Me interesó lo del " nuevo amor transferencial" del fin del análisis en Lacan. dónde lo puedo leer en su obra ?. Porque a-priori, creo que el amor es siempre, especular y con expectativa de reconocimiento.Discrepo con vos cuando señalas que el amor de transferencia posibilita el encuentro paradojal de dos deseos. Además de aparentemente contradecirte con la secuencia transferencia de amor -deseo del analista. **
Ese encuentro eventual, a mí entender, es posible en virtud de la función deseo del analista y no por el amor transferencial.Respecto de lo que denominaste " operación de transferencia “, acuerdo en lo que hace a elevar la falta de contingente a necesaria en el curso de un análisis y aporto, que dicha operación es en sí misma, el acto del deseo del analista.
Gracias por haberme incitado transferencialmente a pensar.
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