Avances en Salud Mental Relacional / Advances in relational mental health
Vol. 7, núm. 3 Agosto 2008
Órgano Oficial de expresión de la Fundación OMIE
Revista Internacional On-Line / An International On-Line Journal
CIRUGÍA ESTÉTICA: IMPLICACIONES PSICOLÓGICAS
José Guimón (Catedrático de Psiquiatría de la UPV)
SUMMARY
The author reviews the normal reasons and pathological causes for which
plastic surgery operations are sought and points out the indications and
contraindications of these procedures. Over recent months we have been
bombarded with contradictory information on plastic surgery operations. On the
one hand, we are told that one of every ten people around us (older women,
adolescents, princesses and, in a growing percentage, men) seek and obtain
personal help through these operations. On the other hand, we are warned of
the dangers, for the unsuspecting, of some operations performed on children
and adolescents, undertaken by ruthless physicians (cf. the French surgeon
recently arrested on the Costa Brava). This confusing information leads us to
comment on a number of psychological and sociological aspects which these
operations involve - operations which, by all appearances, will be increasingly
frequent in the future. The author reviews the normal and pathological reasons
for which plastic surgery is sought, and points out the indications and
contraindications of these procedures.
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ASMR Revista Internacional On-Line Dep. Leg. BI-2824-01 ISSN 1579-3516
CORE Academic, Instituto de Psicoterapia, Manuel Allende 19, 48010 Bilbao (España)
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KEY WORDS
Plastic operations, reasons.
RESUMEN
El autor revisa las causas normales y patológicas por las que se buscan
intervenciones quirúrgicas estéticas y señalar las indicaciones y
contraindicaciones de estos procedimientos. En los últimos meses se nos
bombardea con datos contradictorios sobre las intervenciones de cirugía estética.
Por una parte, se nos afirma que una de cada diez personas de nuestro entorno
(mujeres maduras, adolescentes, princesas y, en porcentaje creciente, varones)
buscan y obtienen ayuda personal a través de esas intervenciones. Por otra, se
nos cuentan los peligros que algunas intervenciones practicadas en niños y
adolescentes y realizadas a veces por médicos desaprensivos (véase el cirujano
francés recientemente detenido en la Costa Brava) suponen para los poco
precavidos. Estas informaciones confusionantes nos inclinan a comentar algunos
aspectos psicosociológicos que conllevan estas operaciones que, por otra parte,
todo indica que serán más y más frecuentes. El autor revisa las causas normales
y patológicas por las que se buscan intervenciones quirúrgicas estéticas y
señalar las indicaciones y contraindicaciones de estos procedimientos
PALABRAS CLAVE
Cirugía estética, causas.
1. LA APRECIACIÓN DE NUESTRA APARIENCIA FÍSICA
La gente busca intervenciones estéticas para mejorar la apreciación de
su propio cuerpo. Se llama "esquema corporal" a la representación del cuerpo
propio, derivada de la información proporcionada por los sentidos, y respecto a la
cual juzgamos nuestra corporalidad(1, 2). Pero en el curso del desarrollo infantil,
el cuerpo, cada vez mejor conocido, va siendo el depósito de afectos ("catexis
libidinales") vehiculizados a través de la imagen materna(3). De esta manera, al
concepto más bien neurológico de esquema corporal que ha sido revisado
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recientemente, (4-6) viene a añadirse y superponerse el de "imagen del
cuerpo"(7), concepto netamente psicoanalítico gracias al que el ser humano
puede "experienciarse", vivirse, como una entidad individual, diferenciada,
unificada y constante(6).
La vivencia del cuerpo es uno de los elementos más importantes de la
estima propia y las personas que nacen o adquieren deformidades suelen tener
sentimientos de inseguridad. Pero la valoración del cuerpo propio (que puede
medirse con algunos tests)(8) depende, como decía Sartre(9), de "la mirada del
otro" y, en suma, de las exigencias que sobre la apariencia física tienen las
distintas culturas. En la actualidad, los medios de comunicación nos recuerdan
que una persona atractiva tiene que parecerse a tal o cual artista, a tal o cual
imagen idealizada. Pocas personas (especialmente mujeres) pueden llegar a
obtener esa imagen, lo que les produce sentimientos de inseguridad.
Hay situaciones que activan la vergüenza del cuerpo propio(10), como el
hablar en público, que produce frecuentemente ansiedades con manifestaciones
corporales: torpeza muscular, enrojecimiento, dificultades de voz. En esa
situación los demás le pueden escudriñar a uno sin que uno pueda, por el
contrario, escudriñar a los demás lo que angustia incluso a los actores muy
experimentados.
Los artistas plásticos saben que determinadas posturas o situaciones
corporales favorecen la creatividad y otras que la disminuye porque la creatividad
no es posible sin una acción motora o muscular y es despertada por sensaciones
corporales(11). Al estudiar ciertas obras de Picasso, algunos críticos han
observado una preocupación intensa acerca de la integridad corporal y que la
mutilación del cuerpo es un tema persistente e importante: cuerpos fraccionados
de hombres y animales, cabezas vistas simultáneamente de frente y de perfil, etc.
Según su ex-amante Françoise Gilot, Picasso tenía una preocupación excesiva
por la forma displásica de su cuerpo (excesivamente bajo pero con espaldas
grandes). Temía ir al sastre porque anticipaba que haría comentarios sobre la
falta de armonía de su cuerpo por lo que llevaba uno o dos trajes hasta que se
rompían. Le molestaba también que le cortaran el pelo. Según Sabartes las
ansiedades corporales de Picasso y sus dificultades de aprendizaje de la
separación de su padre jugaron un papel importante en su creatividad.
Por otra parte, los defectos físicos y las enfermedades invalidantes
infantiles favorecen la creatividad plástica porque producen una discrepancia
entre el ideal del propio cuerpo y su realidad deformada, que genera
sentimientos depresivos y estimula un deseo de reparación, vehiculado a
menudo a través de la actividad artística. Así, una proporción estadísticamente
significativa de grandes pintores padecieron deformidades o incapacidades.
Toulouse Lautrec, por ejemplo, llegaría a decir que "si hubiera tenido las
piernas más largas nunca hubiera pintado un lienzo".
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Hay personas que deforman la apariencia de su cuerpo para sobrecompensar
sus inseguridades. Los tatuajes, por ejemplo, son como una segunda piel o un
adorno. Las palabras y las frases en los tatuajes indican frecuentemente
identificación con una figura importante (madre o amigo significativo) o una banda.
Algunos delincuentes se dan cuenta de que sus tatuajes sirven para advertir
acerca de sus afiliaciones y fuentes del poder.
Muchos jóvenes se sienten impelidos a mostrar a los demás
desvergonzadamente que tienen un cuerpo inferior, desagradable, sucio, feo o
difícil de catalogar sexualmente, como algunos marginales(12). Los transvestistas
que se visten de mujer buscan con ello la desaprobación del stablishment y la
aprobación de sus pares(13). Dramatizan sus cuerpos de una forma negativa en
un gesto de vanguardia(13). En ese contexto, las ropas han tomado una gran
importancia como medio de protesta y expresión de posición, para transmitir
mensajes políticos.
2. PSICOPATOLOGÍA DE LA VIVENCIA DEL CUERPO
No es de extrañar, con todo lo que hemos comentando, que en distintos
trastornos psiquiátricos se observen alteraciones, a veces graves, de la
vivencia del cuerpo propio(14-24). Las alteraciones varían desde la simple
valoración negativa de la apariencia física hasta los delirios monosintomáticos
(p.ej, la «halitosis» o creencia injustificada en el mal olor propio, los delirios de
«infestación», etc.).
El llamado trastorno dismórfico corporal (o dismorfofobia ) o creencia
inadecuada de tener un cuerpo defectuoso o feo, que sigue despertando el
interés de los psicopatólogos (25)y que se asocia frecuentemente a la fobia
social y al trastorno obsesivo-compulsivo. En ocasiones, se presenta como una
valoración inadecuada de la musculatura propia(26) como en algunos adictos
al « body-building ". Sin embargo, en otros casos, adquiere un carácter
delirante(27, 28). Por ejemplo, en los estadios iniciales de la esquizofrenia se
observan frecuentemente impresiones de cambio en la fisonomía propia y la
adopción de posturas corporales extrañas. Existen casos, poco frecuentes
aunque interesantes, de la identidad respecto a la integridad corporal, como la
"apotemnofilia"(29, 30), deseo imperioso de algunos sujetos de que se le
ampute un miembro sano (con o sin placer sexual asociado a estos deseos) y
la "acrotomofilia", interés erótico hacia los amputados. Y, ya como anécdota
con miras al futuro, se puede señalar que, desde que se han realizado
trasplantes de la cara de cadáveres, se están discutiendo ampliamente las
cuestiones psicológicas y éticas implicadas.
3.INDICACIONES Y CONTRAINDICACIONES DELA CIRUGÍA ESTÉTICA
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En cualquier caso, otras solicitudes hoy muy comentadas, como las de
los transexuales de que se les modifique su sexo deben ser atendidas porque,
como ha mostrado Kraemer(31), la mayoría logran una confianza mayor en sí
mismos y en su atractivo, aunque conviene realizar estudios psicológicos
previos pues existen algunos resultados muy negativos en ese sentido.
Muchas personas con dismorfofobia solicitan la cirugía estética. Hay que
recordar que la insistencia del paciente no es un signo predictor de una buena
aceptación futura del resultado. El cirujano de estética, como toda persona que
tiene que adoptar decisiones importantes, se ve sometido, al sopesarlas, a
factores provenientes de su propio psiquismo y, en determinadas
circunstancias, puede inclinarse a aceptar con mayor facilidad, ante la
insistencia del paciente, una intervención de dudosa indicación, como
ilustramos en su día con los Rafael Uribe y Miguel Gutierrez(32).
Los sujetos portadores de psicosis esquizofrénicas o de cuadros afines
deben ser, salvo en casos excepcionales, excluidos de la cirugía estética. Con
excesiva frecuencia, solicitan tal tipo de intervenciones con propósitos auto
mutiladores, o en la creencia de que una modificación de su aspecto físico
podría solucionar sus dificultades. Está claro, sin embargo, una intervención
quirúrgica no puede resolver problemas basados en conflictivas psicológicas
mucho más profundas.
Así mismo resulta peligroso indicar intervenciones de este tipo en
sujetos que, en el momento de solicitarlas, se hallen padeciendo un cuadro
depresivo de cierta intensidad. Por supuesto que, ante defectos estéticos,
pueden producirse reacciones depresivas susceptibles de mejorar con una
intervención. Pero, ante un síndrome depresivo de intensidad grave, se debe
solicitar la ayuda del psiquiatra para que mejore la sintomatología y permita al
paciente, una vez recuperado de su depresión, elegir más libremente entre la
posibilidad de renunciar o pedir de nuevo la intervención.
Sin embargo, existen numerosas personas que tienen una impresión
justificada de fealdad. Por otra parte, con ocasión de accidentes o
enfermedades, la vivencia de nuestro cuerpo sufre modificaciones muy
evidentes, por ejemplo, en caso de amputaciones (brazos, piernas, nariz,
pecho o pene). Muchas personas desean, finalmente, luchar contera los
estragos que la edad hace en la apariencia de sus cuerpos. Y ello a veces por
razones puramente de satisfacción personal pero otras por motivaciones
externas, como la búsqueda de trabajo. Recordemos que las personas de buen
aspecto físico encuentran trabajo más fácilmente que los demás. Parecidas
motivaciones llevan a algunos padres a intentar disimular los rasgos físicos de
sus hijos con trisomía, a muchos orientales a rectificar la abertura de sus
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párpados o a algunos inmigrantes latinos a modificar quirúrgicamente sus
"rasgos étnicos" faciales.
La cirugía estética, sin ser una panacea, proporciona frecuentemente
seguridad a las personas sanas que recurren a ella. Y en ese número se
encuentran la mayoría de los casos a lo que nos hemos referido al principio.
También puede ayudar a personas con trastornos psicológicos reactivos. Así,
varios estudios han demostrado que las mujeres mastectomizadas a las que se
realiza reconstrucción mamaria o se les aplica prótesis tienen sentimientos más
positivos respecto de sus cuerpos y menos síntomas psíquicos que las de un
grupo de control(33). Sin embargo, el hallazgo de un mayor número de
conductas suicidas y parasuicidas en este tipo de pacientes, obliga a ser
cautelosos(34).
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