La fisioterapia geriátrica es una disciplina muy particular, no tanto por sus técnicas, que en grandes líneas son idénticas a las del adulto, sino por sus modalidades de aplicación y de adaptación a las personas de edad. Esta adquiere cada vez más importancia en la actualidad debido al aumento de la expectativa de vida.
Los objetivos han de ser a menudo modestos y una de las metas principales será la readquisición de una independencia real tan completa como sea posible. Deben permitir una conservación o un mejoramiento de sus aptitudes funcionales, psicológicas y psicomotrices. Seis criterios permitirán determinar el grado de autonomía de la persona de edad:
-La movilidad (desplazamientos).
-La independencia física funcional (lavarse, comer?).
-La ocupación (prepararse su comida, limpiezas menores?).
-La integración social.
-La orientación respecto al entorno.
-La independencia económica.
El programa de actuación incluye:
-Sobre el factor respiratorio: ejercicios de control y regulación de la respiración.
-Sobre el sistema locomotor:
-Movilizaciones activas, ejercicios autoasistidos?
-Estimulación del equilibrio: importancia del sistema oculomotor y de la movilidad cervical.
-Ejercicios funcionales que insistan en los desplazamientos laterales y oblicuos.
-Medios físicos como termoterapia, hidroterapia?
-Lucha contra el miedo a caerse y aprendizaje para levantarse del suelo.
-Práctica de un deporte adaptado.
-Sobre el psiquismo: ayudando al paciente a conservar, e incluso desarrollar, un mejor concepto psíquico.
La fisioterapia geriátrica contribuye a la prevención de un envejecimiento acelerado o inarmónico y de una decadencia demasiado rápida de las aptitudes funcionales con la pérdida de independencia que conlleva.