La psicoterapia es un instrumento básico de intervención del psiquiatra general y, por tanto, debe formar parte de la formación básica de cualquier psiquiatra. Este principio se contempla en el programa de la especialidad, aunque éste no especifica cómo alcanzarlo. Los programas de residencia deben garantizar la formación en habilidades básicas de entrevista, en la actitud psicoterapéutica y en el manejo de los factores comunes a las diferentes escuelas psicoterapéuticas que la investigación ha puesto de manifiesto que se asocian a buenos resultados. Los instrumentos para lograr esta formación incluyen en primer lugar la práctica supervisada y las estrategias de sensibilización a las posibles interferencias de las características personales del terapeuta en su trabajo con sus pacientes, que puede lograse a través de la experiencia terapéutica personal, de la supervisión o del trabajo específico de las dificultades en la adquisición del rol de terapeuta. En este momento se plantea la posibilidad de que algunos residentes puedan completar, una vez terminado su período normal de residencia, su formación en psicoterapia a través de un área de capacitación específica en psicoterapia que supondría dos años de formación adicional. La puesta en marcha de tal área de capacitación específica no implica, de ningún modo que puedan existir psiquiatras generales sin la formación básica a la que hacíamos referencia. Tal acreditación debería facultar para la práctica de intervenciones mas específicas o para realizar tareas tales como la supervisión de las personas que están realizando la formación básica.Se discuten los requisitos que, para atender a estas tareas deberían cumplir las unidades docentes acreditadas tanto para la formación de psiquiatras generales como para la formación del área de capacitación específica en psicoterapia.