Con este trabajo se presenta el caso de un varón de 34 años, casado y con un niño de año y medio, que sufre patología dual comórbida con gran ansiedad y un pánico extremo ante la posibilidad obsesiva de matar en cualquier momento, en cualquier lugar y con cualquier objeto a su único hijo. Tras realizar un análisis funcional del problema se decidió iniciar un plan de tratamiento basado en Técnicas Cognitivo-Conductuales combinadas con Relajación y EMDR. El tratamiento constó de 35 sesiones repartidas en 24 sesiones semanales, 6 sesiones de seguimiento mensuales, 4 sesiones cada 2 meses y la última con alta definitiva 3 meses después de la anterior visita. En todos los casos la duración de las sesiones fue de hora y media aproximadamente. A través de los resultados, y hasta la resolución total del caso, pudimos comprobar la gran mejoría que logramos en todos los niveles y esto tanto a nivel personal como familiar y laboral, así como la importancia que tuvo combinar la Terapia Cognitivo-Conductual con Relajación y EMDR, sin olvidar la estrecha colaboración y empatía que se produjo entre paciente, pareja del paciente y psicoterapeuta en el tratamiento del caso. Los resultados siguen siendo positivos 5 años después de haber recibido el alta.