Según un estudio publicado en JAMA Network Open, las clases en modalidad remota (online) durante la pandemia de la COVID-19 tuvieron consecuencias desproporcionadas en la salud mental de ciertos grupos de niños.
En este estudio observacional se entrevistó a 2. 324 adultos con al menos un niño en edad escolar sobre los problemas de salud mental de sus hijos. La investigación se centró en la relación entre el cierre de las escuelas y las consecuencias para la salud mental infantil e incorporó la influencia de factores sociodemográficos.
Los resultados mostraron que los niños que recibieron clases presenciales tenían unos ingresos familiares más altos y tenían más posibilidades de ser blancos que los niños en clases en modalidad remota. Los niños de mayor edad en clases remotas tenían más problemas de salud mental que aquellos que recibían clases presenciales. Por el contrario, los niños de menor edad en modalidad remota tenían desenlaces de salud mental parecidos o ligeramente mejores que aquellos que recibían clases presenciales.
La creación de grupos cerrados presenciales para el aprendizaje con otras familias, en los que los niños completaban juntos las tareas escolares de las clases remotas, también amortiguaron las relaciones entre las clases híbridas (pero no las clases en modalidad remota) con las consecuencias negativas para la salud mental.
Los autores declaran que entender a las personas con mayores riesgos de problemas de salud mental puede contribuir a la distribución de recursos durante y tras la pandemia de COVID-19.
