Se han expresado preocupaciones de que las personas con un trastorno mental preexistente pueden representar una población con mayor riesgo de infección por COVID-19. y con una mayor probabilidad de resultados adversos de la infección, pero no hay evidencia de investigación sistemática al respecto.
Este estudio evaluó el impacto de un diagnóstico re...
Se han expresado preocupaciones de que las personas con un trastorno mental preexistente pueden representar una población con mayor riesgo de infección por COVID-19. y con una mayor probabilidad de resultados adversos de la infección, pero no hay evidencia de investigación sistemática al respecto.
Este estudio evaluó el impacto de un diagnóstico reciente (en el último año) de un trastorno mental, incluido el trastorno por déficit de atención / hiperactividad (TDAH), trastorno bipolar, depresión y esquizofrenia: sobre el riesgo de infección por COVID-19 y las tasas de mortalidad y hospitalización relacionadas.
Analizamos una base de datos nacional de registros médicos electrónicos de 61 millones de pacientes adultos de 360 hospitales y 317, 000 proveedores, en 50 estados en el EE. UU. , hasta el 29 de julio de 2020. Los pacientes con un diagnóstico reciente de un trastorno mental tenían un riesgo significativamente mayor de infección por COVID-19, un efecto más fuerte para la depresión (razón de posibilidades ajustada, AOR = 7, 64, IC del 95%: 7, 45-7, 83, p <0, 001) y la esquizofrenia (AOR = 7, 34, IC del 95%: 6, 65-8, 10, p <0, 001).
Entre los pacientes con un diagnóstico reciente de un trastorno mental, los afroamericanos tenían mayores probabilidades de infección por COVID-19 que los caucásicos, con la disparidad étnica más fuerte para la depresión (AOR = 3, 78, IC del 95%: 3, 58-3, 98, p <0, 001). Las mujeres con trastornos mentales tenían mayores probabilidades de contraer COVID-19 infección que los hombres, con la mayor disparidad de género para el TDAH (AOR = 2, 03, IC del 95%: 1, 73-2, 39, p <0, 001). Pacientes con un diagnóstico reciente de un trastorno mental e infección por COVID-19 tuvo una tasa de muerte del 8, 5% (frente al 4, 7% entre los pacientes con COVID-19 sin trastorno mental, p <0, 001) y una tasa de hospitalización del 27, 4% (frente al 18, 6% entre los pacientes con COVID-19 sin trastorno mental, p <0, 001).
Estos hallazgos identifican a las personas con un diagnóstico reciente de un trastorno mental de mayor riesgo de infección por COVID-19, que se agrava aún más entre los africanos Estadounidenses y mujeres, y que tienen una mayor frecuencia de algunos resultados adversos de la infección. Esta evidencia destaca la necesidad de identificar y abordar los factores de vulnerabilidad modificables para la infección por COVID-19 y prevenir retrasos en la prestación de atención médica en esta población.