Autor/autores:
Lilanthi Balasuriya, Maryland, Shea Jorgensen...(et.al)
En la edición de este mes, Novak et al. examinan los datos de la Encuesta Nacional sobre el Uso de drogas y la Salud 2015-2018 y demuestran que los pacientes con enfermedades mentales graves tienen una mayor prevalencia de la mayoría de las afecciones de salud asociadas con el COVID-19 grave. Estudios adicionales han encontrado que los pacientes con enfermedades mentales graves tien...
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En la edición de este mes, Novak et al. examinan los datos de la Encuesta Nacional sobre el Uso de drogas y la Salud 2015-2018 y demuestran que los pacientes con enfermedades mentales graves tienen una mayor prevalencia de la mayoría de las afecciones de salud asociadas con el COVID-19 grave.
Estudios adicionales han encontrado que los pacientes con enfermedades mentales graves tienen tasas de mortalidad significativamente más altas por el virus. La pandemia ha subrayado la importancia de la prevención como una forma crítica de protección para las personas con enfermedades mentales graves, especialmente teniendo en cuenta los comportamientos que pueden mitigar la propagación del COVID-19. Los pacientes con enfermedades mentales graves pueden interactuar con más frecuencia con sus equipos de atención de salud conductual que con otros proveedores. Por lo tanto, como proveedores de salud conductual, estamos en una posición privilegiada para expandir la psicoeducación para incluir estrategias concretas de prevención del COVID-19.
Cada interacción con los pacientes durante la pandemia de COVID-19 es una oportunidad para asociarse con los pacientes y promover la salud y el bienestar, lo que incluye equiparlos a ellos y a sus familias con información precisa y actualizada sobre la vacuna COVID-19. Los pacientes con enfermedades mentales graves a menudo tienen tasas de absorción de la vacuna más bajas que otros, y la educación sobre la vacuna por parte de un proveedor de atención médica puede aumentar la aceptación. Responder a las preguntas de los pacientes y sus familias, proporcionar materiales educativos y movilizar apoyo y recursos para ayudar a los pacientes a adquirir la vacuna, si así lo desean, son formas fundamentales en las que los proveedores de atención de salud conductual pueden apoyar los esfuerzos de la vacuna.
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