MADRID, 15 Mar. (EUROPA PRESS)

Un producto químico descubierto en el laboratorio de Bruce Hammock de la Universidad de California, Davis, en Estados Unidos, puede ser una herramienta nueva e innovadora para controlar la depresión, una enfermedad psiquiátrica grave y crónica que afecta a 350 millones de personas en todo el mundo.

La investigación, publicada este lunes en ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, incluye estudios de un inhibidor de la epóxido hidrolasa soluble en roedores. La epóxido hidrolasa soluble (SEH, por sus siglas en inglés), se está convirtiendo en un objetivo terapéutico que actúa sobre una serie de enfermedades inflamatorias o vinculadas a inflamación.

“La investigación en modelos animales de depresión sugiere que SEH juega un papel clave en regular la inflamación, que está implicada en la depresión –dice Hammock, profesor de Entomología con un nombramiento conjunto en el Centro Integral del Cáncer de la Universidad de California en Davis–. Inhibidores de la SEH protegen los lípidos naturales en el cerebro que reducen la inflamación y el dolor neuropático. Por lo tanto, estos inhibidores podrían ser posibles fármacos terapéuticos para la depresión”.

Los investigadores del laboratorio de Hammock, que colaboran con el experto en depresión Kenji Hashimoto y sus colegas en el Centro Forense de Salud Mental de la Universidad de Chiba, en Japón, examinaron el papel del potente inhibidor de la SEH que se conoce como TPPU, en un modelo de roedor de la depresión, “derrota social”.

Ellos encontraron que TPPU muestra efectos rápidos en ambos modelos de depresión de inflamación y estrés de derrota social. Los investigadores encontraron que la expresión de la proteína SEH fue mayor en las regiones clave del cerebro de ratones crónicamente estresados que en los roedores de control.

APUNTAR A LA SALUD Y EL ENTORNO DE LAS NEURONAS

“La mayoría de los medicamentos para enfermedades psiquiátricas se dirigen a la forma en la que se comunican las neuronas; aquí estamos apuntando a la salud y el medio ambiente de las neuronas”, detalla el investigador de la UC Davis Christophe Morisseau.

Al explicar aún más la importancia de los hallazgos, la científica de Karen Wagner señala: “La acción antidepresiva rápida del inhibidor de la SEH en estos modelos murinos (ratones) de la depresión es verdaderamente notable porque los antidepresivos actuales utilizados en los seres humanos y modelos animales llevan semanas hasta tener efectos completos”.

Los investigadores también descubrieron que las muestras de cerebro post mortem de pacientes con enfermedades psiquiátricas, como la depresión, el trastorno bipolar y la esquizofrenia, mostraron una mayor expresión de SEH que los controles.

También vieron que el tratamiento previo con TPPU impidió la aparición de comportamientos similiares a la depresión en los ratones con ambos modelos de depresión. Los roedores que carecen del gen SEH no mostraron comportamiento similar a la presión tras repetido estrés de derrota social.

“Todos estos hallazgos sugieren que la SEH juega un papel clave en la fisiopatología de la depresión y que los ácidos grasos epoxi, y sus imitadores, así como los inhibidores de la SEH, son potenciales fármacos terapéuticos o profilácticos para la depresión”, concluye Hashimoto.

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