-El director del Curso Nacional de Psiquiatría de Vitoria, cita médica de referencia de la Psiquiatría, afirma que nunca se había hablado tanto de suicidio como hasta ahora
-Pide a toda la sociedad ser muy concreto y preciso en los datos a la hora de exponer una realidad tan compleja y sensible
“El suicidio es una realidad, pero nunca se ha había hablado tanto de suicidio como hasta ahora y se debe ser muy concreto y preciso en los datos a la hora de exponer una realidad tan compleja y sensible, y no crear alarmismos con los datos para reducir el estigma hacia estas personas. El camino es avanzar en la detección y abordaje precoz del riesgo suicida; su visibilización social, derrumbando estigmas y tabúes; y el cuidado de las personas supervivientes y no creando alarmismos.
Estas afirmaciones han sido realizadas por el Dr. Edorta Elizagarate, psiquiatra y jefe del Servicio de Psiquiatría de la Red de Salud Mental de Álava y director del XXXI Curso Nacional de Actualización en Psiquiatría de Vitoria Gasteiz, reunión anual de referencia de la Psiquiatría estatal en la que se presentan las actualizaciones y líneas estratégicas en salud mental.
En este contexto, durante la rueda de prensa de presentación de la cita científica, el experto ha indicado que, “según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en España han fallecido por suicidio 4.003 personas durante el año 2021 (una tasa ajustada por edad de 8,45 personas por cada 100.000 habitantes), la principal causa por muerte externa”. “En el caso del País Vasco, en el año 2021, 148 personas fallecieron por suicidio en Euskadi, un 18% menos que los 179 que ocurrieron en 2020 mayoría en edades superiores a los 60 años y sólo 2 fueron de jóvenes que no llegaban a la edad de 19 años”.
“En España, la primera causa de muerte no natural son los suicidios, mientras que en Euskadi es la segunda, siendo las caídas en este caso las principales. Las tasas de suicidio más elevadas se presentan en la franja de edad superior a los 60 años, perfil similar al de las caídas”.
“Nunca se ha había hablado tanto de suicidio como hasta ahora y se debe ser muy concreto y preciso en los datos a la hora de exponer una realidad tan compleja y sensible”. “El camino es avanzar en la detección y abordaje precoz del riesgo suicida; su visibilización social, derrumbando estigmas y tabúes; y el cuidado de las personas supervivientes y no creando alarmismos.”, ha concluido.