Artículo |
22/01/2015
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ong>Resumen
Importancia
Se han documentado asociaciones entre la actividad física y los síntomas depresivos, pero no está claro ella dirección de ésta asociación.
Objetivo
Examinar si los síntomas depresivos son concurrentes con la actividad física y examinar la dirección de la relación entre 23 y 50 años de edad
Diseño, lugar y participantes
Los participantes incluyeron a miembros de la British Birth Cohort de 1958, una muestra de la población general de todas las personas nacidas en Inglaterra, Escocia y Gales, en una sola semana en marzo de 1958 que fueron seguidos hasta los 50 años de edad (2008) . Se incluyeron aproximadamente 11 000 miembros con información sobre los síntomas depresivos o la frecuencia de la actividad física a los 23, 33, 42, o 50 años de edad.
Exposiciones
Los síntomas depresivos se midieron utilizando la Psychological subscale of the Malaise Inventory; frecuencia de la actividad física, mediante un cuestionario.
Principales resultados y Medidas Número de síntomas depresivos (en una escala de 0 a 15 items), depresión (definido como estar en el 10% superior de los síntomas a los 23, 33, 42, o 50 años de edad), y la frecuencia de la actividad física (número de veces por semana).
Resultados
En la mayoría de las edades, se encontró una tendencia de menos síntomas depresivos a más frecuencia de la actividad física; por ejemplo, a una frecuencia más alta de actividad por semana a los 50 años de edad, el número medio de los síntomas fue inferior en 0,06 (IC del 95%, -0,09 a -0,04). En los análisis longitudinales, la actividad se asoció con un menor número de síntomas de los 23-50 años de edad (a una mayor frecuencia de actividad por semana, los síntomas fueron inferiores en 0,06 [IC 95%, -0,07 a -0,05]), y la magnitud de la asociación no varió con la edad (P = 0,21 para la interacción). Los que estaban inactivos a los 23 años de edad y se mantuvieron inactivos 5 años más tarde no mostraron ningún cambio en el nivel de los síntomas (diferencia media, -0,01 [IC del 95%, -0,04 a 0,02]); aquellos que aumentaron la actividad a 3 veces / semana tenían un número medio inferior de los síntomas (diferencia media, -0,18 [IC del 95%, -0,22 a -0,15]). Tales diferencias equivalen a reducciones estimadas en las cuotas de la depresión en un 19%. Una relación longitudinal observada entre los síntomas y la actividad disminuyó con la edad (p <0,001 para la interacción). La media de actividad entre los que no tenían síntomas a los 23 años de edad y 5 años más tarde fue superior en un 0,60 (IC 95%, 0,57-0,64) veces / semana; en aquellos con un síntoma depresivo adicional, 0,53 (IC 95%, 0,49-0,56) veces / sem. La frecuencia de la actividad no difirió entre los que no tenían síntomas a los 43 años de edad, que posteriormente tuvieron de 0 a 1 síntomas a los 48 años de edad. Las asociaciones para la depresión fueron similares a aquellas para el espectro completo de los síntomas.
Conclusiones y relevancia
La relación entre la actividad y los síntomas depresivos fue bidireccional, aunque de forma más persistente durante la vida adulta en la dirección de la actividad hacia los síntomas depresivos. Los resultados sugieren que la actividad puede aliviar los síntomas depresivos en la población general y, a su vez, los síntomas depresivos en la edad adulta puede ser una barrera para la actividad.
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JAMA Psychiatry
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