Una revisión sistemática y metasíntesis de la investigación cualitativa sobre la experiencia vivida del dolor mental

Introducción

El dolor mental —una forma de sufrimiento que no se experimenta principalmente en el cuerpo, sino en la esfera psicológica y existencial— se ha identificado como un potente predictor de conducta suicida y como uno de los aspectos más angustiosos de la depresión.

A pesar de su relevancia clínica, no existe una definición consensuada de lo que constituye el dolor mental. Esta falta de claridad conceptual limita tanto la investigación empírica como la práctica clínica, dificultando su evaluación, diagnóstico y abordaje terapéutico.

El objetivo de esta metasíntesis cualitativa fue caracterizar la experiencia vivida del dolor mental desde la perspectiva de las personas que lo padecen, con el fin de informar el desarrollo de una definición más precisa y clínicamente útil.

Métodos

Se realizó una búsqueda sistemática en las bases de datos MEDLINE, EMBASE, PsycINFO, CINAHL y Web of Science, incluyendo estudios cualitativos que contuvieran relatos en primera persona del dolor mental.

Los datos se analizaron mediante síntesis temática, integrando perspectivas semánticas, clínicas y fenomenológicas para identificar patrones comunes y dimensiones estructurales de la experiencia.

La calidad metodológica de los estudios primarios se evaluó utilizando el Critical Appraisal Skills Programme (CASP), y la confianza en los hallazgos se estimó mediante el enfoque GRADE-CERQual.

Resultados

La muestra final incluyó 49 estudios cualitativos con un total de 1, 467 participantes, lo que permitió desarrollar 22 temas principales y 85 subtemas.

El dolor mental emergió como una experiencia definida por cinco características fenomenológicas esenciales:

- Desagradable, marcada por un sufrimiento intenso y continuo.

- Inmediata, con una cualidad abrumadora que invade la conciencia.

- Disruptiva de la identidad, alterando el sentido del yo y la coherencia personal.

- Invisible, ya que carece de manifestaciones físicas observables y es difícil de comunicar.

- Percibida como peor que el dolor físico, por su profundidad emocional y su carácter existencial.

Además, se describieron manifestaciones psicológicas y corporales inespecíficas, como opresión en el pecho, sensación de vacío, fatiga extrema y desesperanza.

El dolor mental puede comprenderse como una señal de amenaza al sentido del yo, originada por adversidades corporales, psicológicas, existenciales o sociales. La confianza en los hallazgos fue moderada, debido a limitaciones metodológicas y de reporte en algunos estudios.

Conclusiones

Una comprensión más clara y matizada del dolor mental puede mejorar significativamente la evaluación clínica y la respuesta terapéutica en depresión y otras condiciones asociadas al sufrimiento psíquico extremo.

Reconocer el dolor mental como una experiencia subjetiva, multifacética y profundamente disruptiva puede ayudar a los clínicos a identificar de manera más precisa el riesgo suicida, desarrollar intervenciones empáticas y personalizadas, y avanzar hacia una psicopatología fenomenológica del sufrimiento más integrada y humana.

Resumen modificado por Cibermedicina

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