Evaluación del funcionamiento ejecutivo en personas con trastorno de ansiedad social (TAS) a lo largo de la vida

El trastorno de ansiedad social es un problema clínico pervasivo y debilitante, caracterizado por un miedo intenso y/o evitación de una o más situaciones sociales. Diversas investigaciones han sugerido que este trastorno se encuentra vinculado con déficits en el funcionamiento ejecutivo, un conjunto de habilidades cognitivas esenciales para la autorregulación, la toma de decisiones y la adaptación social. Sin embargo, las diferencias metodológicas entre los estudios y la inconsistencia de los resultados han dificultado la obtención de conclusiones firmes.

El presente metaanálisis y revisión sistemática, que incluyó 49 estudios a lo largo del ciclo vital, buscó aclarar esta relación y proporcionar una visión más integrada del fenómeno. Los hallazgos muestran que las personas con ansiedad social presentan un rendimiento significativamente inferior en pruebas de funcionamiento ejecutivo en comparación con controles sanos o grupos con baja ansiedad social (r = -0. 15). De manera más específica, se observaron déficits en flexibilidad cognitiva (r = -0. 20), control inhibitorio (r = -0. 18) y funcionamiento ejecutivo global (r = -0. 17). Por el contrario, no se encontró una asociación significativa entre memoria de trabajo y ansiedad social (r = -0. 06), lo que sugiere que no todos los dominios ejecutivos se ven igualmente afectados.

Un hallazgo relevante fue que el tipo de medida empleada (autoinforme vs tarea cognitiva) moderó la relación entre ansiedad social y funcionamiento ejecutivo, lo cual subraya la importancia de emplear múltiples herramientas de evaluación para obtener una visión más completa. Además, aunque la edad no moderó la relación global, sí se detectaron diferencias entre jóvenes y adultos en la asociación de ciertos dominios específicos, lo que probablemente refleja las distintas trayectorias de desarrollo de las funciones ejecutivas a lo largo de la vida.

En conjunto, estos resultados ofrecen evidencia sólida de que la ansiedad social se asocia con déficits en el control cognitivo y la flexibilidad mental, aspectos cruciales para la adaptación en contextos sociales. Desde una perspectiva clínica, este conocimiento resulta de gran valor, ya que podría orientar el diseño de nuevas estrategias terapéuticas e intervenciones dirigidas a mejorar el funcionamiento ejecutivo, con el fin de optimizar el desempeño académico, laboral y social de esta población. En conclusión, el estudio aporta una base empírica importante para comprender cómo la ansiedad social impacta el desarrollo y la eficiencia de las funciones ejecutivas, y abre la puerta a intervenciones más personalizadas que integren el entrenamiento cognitivo dentro de los programas de tratamiento de este trastorno.

Resumen modificado por Cibermedicina

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