Autor/autores:
Kevin Hilbert, Jonas Boeken, Hasta Langhammer...(et.al)
Objetivo La fobia específica, un trastorno de ansiedad prevalente, ha sido objeto de estudios en diversas investigaciones; sin embargo, la comprensión de las alteraciones en la estructura cerebral asociadas a este trastorno aún presenta importantes lagunas. El grupo de Trabajo de ansiedad ENIGMA se propuso examinar detalladamente las diferencias en la estructura cerebral ent...
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La fobia específica, un trastorno de ansiedad prevalente, ha sido objeto de estudios en diversas investigaciones; sin embargo, la comprensión de las alteraciones en la estructura cerebral asociadas a este trastorno aún presenta importantes lagunas.
El grupo de Trabajo de ansiedad ENIGMA se propuso examinar detalladamente las diferencias en la estructura cerebral entre individuos diagnosticados con fobias específicas y controles sanos, así como las variaciones entre los subtipos de fobia específica, tales como las fobias a animales y la fobia a lesiones por inyección de sangre (BII).
Además, se investigaron las posibles correlaciones entre la estructura cerebral y variables como la gravedad de los síntomas y la edad de los participantes, distinguiendo entre jóvenes y adultos.
Para este estudio, se recopilaron y combinaron conjuntos de datos de 31 estudios originales, obteniendo una muestra final de 1. 452 participantes con fobia y 2. 991 controles sanos, donde el 62, 7% eran mujeres y las edades variaban entre 5 y 90 años.
El análisis de las imágenes cerebrales se llevó a cabo siguiendo los protocolos estándar de ENIGMA, enfocándose en el volumen subcortical, así como en el área y grosor de la corteza cerebral, mediante un análisis preregistrado que garantizaba la rigurosidad metodológica.
El análisis reveló que los participantes con fobia específica, en comparación con el grupo control, mostraron predominantemente volúmenes subcorticales más pequeños y variaciones mixtas en las superficies corticales, destacando un aumento en el grosor cortical en diversas regiones cerebrales.
Además, se observaron diferencias significativas entre los subgrupos de fobia específica; por ejemplo, los individuos con fobia BII mostraron un grosor aumentado en la corteza orbitofrontal medial en comparación con aquellos con fobia a animales. Curiosamente, estos hallazgos fueron más pronunciados en adultos, mientras que en niños y adolescentes no se observaron diferencias significativas.
Las alteraciones en la estructura cerebral asociadas a la fobia específica son más extensas y significativas en comparación con otros trastornos de ansiedad.
Estas diferencias no solo implican reducciones en la estructura cerebral, sino también variaciones en el grosor y el área cortical.
Los resultados sugieren que las bases neuronales de las fobias específicas reflejan diferencias fenomenológicas entre los subgrupos de fobia, mostrando patrones distintivos en áreas del cerebro involucradas en el procesamiento del miedo y en los procesos cognitivos superiores.
Además, es notable que las alteraciones subcorticales puedan estar vinculadas también a una psicopatología internalizante más general, sugiriendo la necesidad de un enfoque más integrado en el estudio y tratamiento de las fobias específicas.
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