Adaptativo (trastorno)
Definición: El DSM-IV-TR define a estos trastornos como la aparición de síntomas emocionales o del comportamiento que sobrevienen dentro de los tres meses posteriores a un factor estresante. La reacción debe ser desproporcionada al estrés y debe producir un deterioro significativo en el funcionamiento social u ocupacional. Los factores estresantes están dentro de los considerados como experiencias normales (cambio de domicilio, enfermedad propia o de un familiar, problemas en el trabajo, problemas de pareja, separación, pérdida de empleo, etc.) El DSM-IV-TR distingue varios tipos: con ánimo deprimido; con ansiedad; con ansiedad y depresión; con alteración de la conducta; con alteración emocional y de la conducta e inespecíficos. Aunque la mayoría suelen remitir con el paso del tiempo, algunos pueden tener una evolución crónica.
Sinónimo: síndrome de estar quemado, agotamiento nervioso, Tomás (enfermedad de). Síndrome frecuente en profesionales de la medicina, enfermería y enseñanza. Caracterizado por la ausencia de alicientes en el trabajo, el desencanto, deterioro en la calidad del trato con el paciente o alumno, descenso en el rendimiento en el trabajo, absentismo laboral, etc. Está producido por la falta de expectativas laborales, el aumento de la presión en el trabajo,la rutina, la burocratización, la indefinición de roles, etc.
El término "Burnout" no existe en español, ni hay ninguno que pueda sustituirle. Se trata de una palabra que se utilizaba frecuentemente por los deportistas, para describir una situación en la que, en contra de las expectativas favorables, un atleta no lograba obtener los resultados esperados por más que se hubiera preparado y esforzado para conseguirlos. La traducción al castellano podría significar algo así como "estar quemado".
En el contexto de la medicina, fue utilizado por primera vez en 1974 por Herbert Freudeberger, un psiquiatra que trabajaba como asistente voluntario en una clínica para toxicómanos de Nueva York, y que debía ser muy buen observador, ya que se percató de que sus compañeros de trabajo, la mayoría jóvenes idealistas, repetían con mucha frecuencia el mismo proceso. Al principio llegaban llenos de ilusión, con ganas de cambiar el mundo en forma de entregarse a los demás de una forma altruista. Sin 3 embargo, poco a poco, esas ilusiones se iban perdiendo al contacto con la realidad del mundo de la droga y, aproximadamente al año, un porcentaje importante de ellos tenían trastornos emocionales. Se sentían tristes y con otros síntomas de cansancio emocional. Además mostraban conductas poco comprensivas hacia los pacientes y, en algunos casos, mostraban distintos grados de hostilidad hacia ellos, a los que tendían a culpar de su estado. Eligió el nombre de burnout –el mismo que utilizaban para referirse a los efectos del consumo crónico de drogas sobre sus pacientes- para definir un estado de fatiga o de frustración que se produce por la dedicación a una causa, forma de vida o de relación que no produce el esperado refuerzo Creía que las personas idealistas, optimistas e ingenuas y que se entregaban en exceso al trabajo para conseguir “una buena opinión de sí mismos” tenían más riesgo de desarrollarlo. Este tipo de características podían producir una alta motivación y compromiso profesional al principio, pero también una pérdida posterior de los elevados y costosos ideales en forma de mal rendimiento laboral, baja autoestima, diversos tipos de perturbación emocional y un aislamiento en las relaciones. Lo fundamental sería un trastorno adaptativo por desgaste y agotamiento de los recursos psicológicos para el afrontamiento de las demandas del trabajo con personas. Habría un fracaso en la búsqueda del sentido existencial personal a través del trabajo y se produciría un desequilibrio prolongado, habitualmente no reconocido y mal resuelto entre unas excesivas exigencias laborales (que generan un esfuerzo crónico) y una falta de refuerzos adecuados.
Pues bien, a nivel científico se ha evidenciado que el burnout se compone de tres factores o dimensiones:
• Agotamiento emocional. Es el rasgo fundamental y supone síntomas de pérdida de energía, de agotamiento físico y psíquico y una sensación de estar al límite, de no poder dar más de sí mismo a los demás. Puede incluir síntomas indistinguibles de los depresivos.
• Despersonalización. Para protegerse el sujeto puede desarrollar un cambio negativo en las actitudes y respuestas hacia los demás, especialmente hacia los beneficiarios del propio trabajo, mostrándose distanciado, cínico, utilizando etiquetas despectivas para referirse a los demás, o tratando de culparles de sus frustraciones y del descenso de compromiso laboral.
• Baja realización personal. Es una sensación de inadecuación personal profesional para ejercer el trabajo. Implica sentimientos de incapacidad, baja autoestima e ideas de fracaso. Sería una dimensión relativamente independiente de las anteriores.
Para más información recomendamos la lectura del EL MÉDICO Y EL BURNOUT del profesor Jesús de la Gándara y Ramón González Correales que puedes encontrar en estos enlaces:
Manual de Burout
Cuestionario
Test de Cubo
El concepto de «personalidad» proviene del término «persona», denominación que se utilizaba en el latín clásico para la máscara que portaban los actores de teatro en la antigüedad
Para el DSM-IV-TR los rasgos de la personalidad son patrones persistentes de forma de pensar, relacionarse y pensar sobre el entorno y sobre uno mismo y que se presenta en distintos entornos sociales.
La personalidad se modela y supone un conjunto de rasgos flexibles (dimensión perdurable o persistente), que caracterizan a un individuo, explican su conducta y lo hacen distinto de los demás. La personalidad es la tendencia estable de una persona a pensar, sentir y actuar de una determinada manera.
Hay un componente en el constructo psicológico, que explica nuestra personalidad y que está en nuestra materia prima biológica. A este componente heredado se le ha denominado el temperamento.
El segundo componente es el carácter. Este, a diferencia del temperamento, hace referencia a lo que no nos viene dado biológicamente, sino que es fruto de los modelos de aprendizaje y experiencias que vivimos desde que nacemos, y nuestros propios mecanismos de aprendizaje.
Los estilos de personalidad marcarían una tendencia en el individuo por actuar o pensar de determinada manera, ya que la formación de un estilo de personalidad es inherente al desarrollo evolutivo de todo ser humano e influye en la interacción de la persona con su entorno. Estas características no son consideradas como patológicas, pues no están acentuadas y son lo suficientemente flexibles como para permitir que la persona modifique y adapte sus respuestas a las demandas específicas de la situación y el contexto. Es decir, son funcionales y no ocasionan ningún deterioro en algún área vital (personal, social, profesional, etc.).
Según Millon la distinción entre estilos y trastornos de la personalidad radica en su nivel (grado) patológico. Los estilos y los trastornos de la personalidad harían parte de un continuo, de manera que los primeros se mantendrían en el intervalo de la normalidad y los trastornos en el intervalo de la patología.
Los trastornos de personalidad son patrones estables, permanentes e inflexibles de conductas mal adaptadas a las expectativas o esquemas establecidos. Los rasgos pueden tornarse anómalos y constituir trastornos de la personalidad cuando son inflexibles, desadaptativos y causan un deterioro funcional y un malestar subjetivo en el sujeto y en los demás.
Existen numerosas teorías que abordan la personalidad, las más conocidas son:
Teoría de enfoques cognitivos-sociales de la personalidad Bandura
Teoría que destaca la influencia de las cogniciones de la persona, pensamientos, sentimientos, expectativa y valores en la determinación de la personalidad.
Hans Eysenck propuso un modelo de la personalidad estructurado en tres dimensiones (extraversión, neuroticismo y psicoticismo). Por las iniciales de estas tres dimensiones se le ha llamado el modelo PEN. Este modelo tiene una fundamentación psicométrica
Según Otto Kernberg
- Personalidad normal: el paciente no presenta características que concuerden con ningún trastorno de personalidad.
- Personalidad de tipo neurótico: engloba los trastornos de personalidad menos graves.
- Personalidad de tipo limítrofe: engloba los trastornos de personalidad más severos.
- Personalidad de tipo psicótico: son características que, en caso de darse, hacen que podamos deducir que la persona no presenta un trastorno de personalidad
Según Goldberg, los cinco grandes rasgos de personalidad, también llamados factores principales, reciben los siguientes nombres: factor O (apertura a las nuevas experiencias), factor C (responsabilidad), factor E (extroversión), factor A (amabilidad) y factor N (neuroticismo o inestabilidad emocional), formando así el acrónimo “OCEAN”.
Otras clasificaciones hablan de:
Abierto- reservado
Abierto: acostumbran a ser personas afectuosas, cariñosas, participativas, comunicativas, están abiertas a nuevas experiencias y aventuras, mientra que las personas con un grado elevado del rasgo de personalidad
Reservado: prudentes, serias, críticas, evitan salir de la rutina y no están tan abiertas a la novedad.
Introversión-Extraversión
Introversión: disfrutan del tiempo que pasan a solas, prefieren estar solos o relacionarse con grupos pequeños de personas.
Extraversión: disfrutan de la socialización, son habladoras, asertivas y alegres en las relaciones sociales.
Seguro- dubitativo
Seguro: suelen ser personas seguras de ellas mismas, activas, no dudan de sí mismas, hablan con seguridad, entre otros.
Dubitativo: suelen ser reservadas, individualistas, dudosas, inseguras, muestran temor a equivocarse, entre otros.
Sumiso-dominante
Sumiso: acostumbran a mostrarse ante otras personas de manera obediente, dócil, cede con facilidad, insegura, conformistas, evitan los conflictos.
Dominante: personas agresivas, autoritarias, líderes, imponentes, testarudas.
Relajado-Excitable
Relajado: calmadas, tranquilas, sosegadas, tolerantes.
Excitable: inquietas, impacientes, movidas.