La hiperconectividad entre estas redes cerebrales podría conducir a una capacidad más sólida para dirigir la atención hacia los objetivos, y para reconocer información nueva en el entorno, dice Anderson. Los cambios podrían básicamente ayudar a alguien a pensar de manera más eficiente. Uno de los próximos pasos será determinar directamente si los chicos con estas diferencias cerebrales hacen mejor las pruebas de rendimiento.
Según Doug Hyun Han, de la Facultad de Medicina de la Universidad Chung-Ang y de la Universidad de Utah, esta investigación es la mayor y más completa realizada hasta la fecha sobre las diferencias cerebrales de los jugadores compulsivos de videojuegos.
Los participantes del estudio eran de Corea del Sur, donde los videojuegos son una actividad social popular, mucho más que en los Estados Unidos. El gobierno de Corea apoya que se investiguen con el objetivo de encontrar formas de identificar y tratar a los adictos.
Los investigadores realizaron una resonancia magnética a 106 niños de entre 10 y 19 años que estaban en tratamiento para el trastorno por juegos de Internet, una enfermedad psicológica que, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), necesita una mayor investigación. Los escáneres cerebrales se compararon con los de 80 niños sin el trastorno, y se buscaron las regiones que se activaban simultáneamente cuando los participantes estaban en reposo, una medida de la conectividad funcional.
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