La ansiedad se caracteriza por una preparación prolongada para una amenaza real o percibida. Esto puede manifestarse como activación psicológica y fisiológica, lo que en última instancia conlleva un mayor riesgo de mala salud. La inflamación crónica puede desempeñar un papel integral en esta relación, dado el papel influyente que tiene...
La ansiedad se caracteriza por una preparación prolongada para una amenaza real o percibida. Esto puede manifestarse como activación psicológica y fisiológica, lo que en última instancia conlleva un mayor riesgo de mala salud. La inflamación crónica puede desempeñar un papel integral en esta relación, dado el papel influyente que tiene en la enfermedad crónica.
El objetivo de este metanálisis es examinar los niveles de inflamación crónica, medidos por citoquinas inflamatorias y proteína C reactiva, en personas con trastornos de ansiedad, trastorno de estrés postraumático (TEPT) o trastorno obsesivo-compulsivo en comparación con controles sanos. También se evaluaron varias variables moderadoras, incluyendo el diagnóstico específico y la comorbilidad de la depresión.
Setenta y seis artículos fueron seleccionados para su elegibilidad, con 41 estudios que se incluyeron en última instancia en el análisis.
Los resultados demostraron una diferencia general significativa entre los controles sanos (HC) y las personas con trastornos de ansiedad en las citocinas proinflamatorias (P = 0.013, g de Hedge = –0.39), que parece estar impulsada en gran medida por la interleucina ‐ 1β (IL ‐ 1β; P = 0.009, g de Hedge = –0.50), IL-6 (P <0.001, g de Hedge = –0.93), y factor de necrosis tumoral ‐ α (P = 0.030, g de Hedge = –0.56). Los análisis de moderación revelaron un efecto moderador del diagnóstico (P = 0.050), ya que solo los individuos con PTSD demostraron diferencias en la inflamación entre los HC (P = 0.004, g de Hedge = –0.68).
Estos datos demuestran la asociación entre la desregulación inflamatoria y los diagnósticos asociados con la ansiedad crónica, impactante y grave, y proporcionan información sobre la forma en que la ansiedad, y en particular el TEPT, se relaciona con ciertos marcadores inflamatorios. Al hacerlo, estos hallazgos pueden proporcionar un paso inicial para desenredar la relación entre la ansiedad y los procesos básicos de salud.
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