Las nuevas resonancias magnéticas son más rápidas, con mayor resolución temporal y espacial, reducen las molestias y el riesgo de las pruebas en niños y son muy útiles en el diagnóstico de patología vascular y oncológica y en los trastornos del neurodesarrollo, de acuerdo con la doctora Mar Jiménez, radióloga de Quirónsalud Madrid.
Esta innovación se realiza, en los últimos tiempos, en este centro hospitalario a partir de la incorporación de nuevos equipos con tecnología de GE Healthcare que, además permiten corregir pequeños movimientos del niño durante la prueba y ofrecen a los radiólogos la posibilidad de acceder a modos de visualización de las imágenes diagnósticas que se apoyan en la inteligencia artificial para ayudar al diagnóstico.
Un ejemplo que destaca el hospital es la recolocación automática, con la que se estudia el cerebro de los niños siempre en la misma posición independientemente de cómo se coloquen al realizar la prueba. "Los nuevos equipos permiten obtener imágenes en las que se aprecia el cerebro del menor en los tres planos del espacio sin perder calidad con grosores de corte mínimos. Esta mayor resolución temporal y espacial tiene gran repercusión en el mundo pediátrico donde los volúmenes que estudiamos son muy pequeños y es muy útil no sólo en patología vascular y oncológica, sino también en el estudio de los trastornos del neurodesarrollo, como el trastorno por déficit de atención por hiperactividad y los trastornos del espectro autista", ha explicado Mar Jiménez.
En este sentido, el centro médico apunta que las resonancias magnéticas requieren de antenas que se colocan en la zona que se quiere estudiar y que recogen la información de la prueba. En este aspecto también se ha producido una mejora considerable con respecto a tecnologías anteriores. En concreto, estas antenas ofrecen una imagen más homogénea del cerebro infantil, incrementando la señal significativamente y mejorando la capacidad diagnóstica.
"La imagen diagnóstica ha sido siempre cualitativa, morfológica, pero cada vez se requiere más información cualitativa, cuantificable y numérica del estado del paciente que se pueda seguir en el tiempo. Se están desarrollando modos de visualización que permiten obtener información numérica de, por ejemplo, volumen de sustancia gris o sustancia blanca, grosor cortical o valores de flujo sanguíneo cortical que se pueden aplicar en la práctica clínica diaria", ha subrayado Jiménez.