Las regiones del cerebro son funcionalmente diversas, y una región determinada puede participar en una variedad de tareas. Esta diversidad funcional de las regiones cerebrales puede ser un factor que ha impedido encontrar biomarcadores consistentes para trastornos cerebrales como el trastorno del espectro autista (TEA). Por lo tanto, los métodos para caracterizar las regiones del cer...
Las regiones del cerebro son funcionalmente diversas, y una región determinada puede participar en una variedad de tareas. Esta diversidad funcional de las regiones cerebrales puede ser un factor que ha impedido encontrar biomarcadores consistentes para trastornos cerebrales como el trastorno del espectro autista (TEA). Por lo tanto, los métodos para caracterizar las regiones del cerebro ayudarían a determinar cómo las anormalidades funcionales contribuyen a los comportamientos afectados.
Como primera ilustración del procedimiento de análisis de comportamiento metaanalítico, evaluamos cómo las regiones con conectividad interrumpida en TEA contribuyeron a varios comportamientos.
Las anomalías de conectividad se determinaron a partir de una comparación de grupo de centralidad de grado publicada basada en datos de imágenes de resonancia magnética funcional del Intercambio de datos de imágenes cerebrales del autismo. Usando la base de datos BrainMap de estudios de neuroimagen basados en tareas, se crearon perfiles de comportamiento para regiones anormalmente conectadas al relacionar estas regiones con las tareas que las activan.
La hiperconectividad en los cerebros con TEA se relacionó significativamente con la memoria, la atención, el razonamiento, las conductas sociales, de ejecución y del habla. La hipoconectividad se relacionó con la visión, la ejecución y los comportamientos del habla.
El procedimiento describe la primera aplicación clínica de neuroimagen de un método de perfil conductual que estima la diversidad funcional de las regiones cerebrales, lo que permite la relación de la conectividad funcional anormal con los criterios de diagnóstico. El perfil conductual y los conocimientos computacionales que proporciona pueden facilitar una mejor comprensión de las manifestaciones funcionales de diversos trastornos, incluido el TEA.
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