Autor/autores:
Xiaoqian Yan, Valérie Goffaux, Bruno Rossion...(et.al)
¿A qué nivel de resolución espacial puede el cerebro humano reconocer un rostro familiar en una multitud de extraños? ¿Depende de si uno se acerca o más bien se aleja de la multitud? Para responder a estas preguntas, 16 observadores vieron diferentes imágenes no segmentadas de caras desconocidas que alternaban a 6 Hz, con contenido de frecuencia es...
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¿A qué nivel de resolución espacial puede el cerebro humano reconocer un rostro familiar en una multitud de extraños? ¿Depende de si uno se acerca o más bien se aleja de la multitud?
Para responder a estas preguntas, 16 observadores vieron diferentes imágenes no segmentadas de caras desconocidas que alternaban a 6 Hz, con contenido de frecuencia espacial (SF) que aumentaba progresivamente (es decir, de grueso a fino) o disminuía (de fino a grueso) en diferentes secuencias.
Imágenes naturales variables de caras de celebridades cada sexto estímulo generaron un índice neuronal objetivo de reconocimiento automático de rostros familiares (FFR) de un solo vistazo a 1 Hz en el electroencefalograma (EEG) de los participantes.
Para imágenes borrosas que aumentan en resolución espacial, la respuesta de FFR neuronal sobre las regiones occipitotemporales surgió abruptamente con señales adicionales en alrededor de 6, 3 a 8, 7 ciclos/ancho de cabeza, alcanzando inmediatamente la saturación de amplitud. Cuando las mismas imágenes disminuyeron progresivamente en resolución, la respuesta de FFR desapareció ya por debajo de 12 ciclos/ancho de cabeza, por lo que no proporcionó apoyo para una hipótesis de codificación predictiva.
En general, estas observaciones indican que el reconocimiento automático rápido de vistas naturales heterogéneas de rostros familiares se logra a partir de entradas visuales más toscas de lo que generalmente se piensa, y respaldan una dinámica FFR de tosca a fina en el cerebro humano.
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