Autor/autores:
Büttiker P , Stefano GB , Weissenberger S...(ET.AL)
La COVID prolongada, en la que los síntomas relacionados con la enfermedad persisten durante meses después de la recuperación, ha llevado a un resurgimiento de la discusión sobre si los síntomas neuropsiquiátricos a largo plazo después de las infecciones virales son el resultado de una actividad virulenta o son fenómenos puramente psicol&oacu...
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La COVID prolongada, en la que los síntomas relacionados con la enfermedad persisten durante meses después de la recuperación, ha llevado a un resurgimiento de la discusión sobre si los síntomas neuropsiquiátricos a largo plazo después de las infecciones virales son el resultado de una actividad virulenta o son fenómenos puramente psicológicos.
En esta revisión, demostramos que, a pesar de mostrar diferencias en la estructura y el objetivo, muchos virus tienen efectos neuropsiquiátricos muy similares en el huésped.
En este documento, comparamos el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2), el virus de la inmunodeficiencia humana 1 (VIH-1), la enfermedad por el virus del Ébola (EVD) y el virus del herpes simple 1 (HSV-1).
Proporcionamos evidencia de que los síntomas mutuos de ansiedad, depresión y estrés postraumático agudos y a largo plazo entre estas infecciones virales probablemente se deban a la actividad viral primaria, lo que sugiere que estos virus comparten estrategias neuroinvasivas en común.
Además, parece que el estrés ambiental secundario inducido puede provocar la aparición de psicopatologías y una mayor susceptibilidad a la (re)infección viral en individuos infectados. Presumimos que existe un ciclo de retroalimentación positiva de respuestas sistémicas reforzadas por el entorno del virus.
Se supone que este ciclo de actividad virulenta primaria y reactivación secundaria inducida por el estrés puede ser perjudicial para los individuos infectados al mantener y reforzar el estado inmunocomprometido de inflamación crónica, tensión inmunológica y actividad del sistema nervioso central desadaptativa del huésped.
Proponemos que este estado puede conducir a un procesamiento cognitivo perturbado y promover un aprendizaje aversivo, que puede manifestarse como una enfermedad neuropsiquiátrica aguda a largo plazo.
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