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29/04/2015
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ong>MADRID, 26 Abr. (EUROPA PRESS)
Aproximadamente, uno de cada 14 niños diagnosticados con trastorno del espectro autista (TEA) ya no cumple con los criterios de diagnóstico en la escuela primaria, pero la mayoría sigue padeciendo síntomas emocionales/de comportamiento y requiere apoyos de educación especial, según un estudio que se ha presentado en la Reunión Anual de las Sociedades Académicas de Pediatría, que se celebra en San Diego, Estados Unidos.
Análisis anteriores han demostrado que los síntomas de TEA se resuelven en algunos niños con el tiempo, pero no está claro si estos niños siguen teniendo déficits cognitivos, conductuales o de aprendizaje. Los científicos de este nuevo trabajo revisaron los datos de 38 niños diagnosticados con TEA en 2003-2013 cuyos síntomas se habían resuelto cuando fueron evaluados nuevamente cuatro años más tarde.
Los niños estaban entre 569 niños que viven en el Bronx que habían sido diagnosticados con TEA por un equipo multidisciplinario en un programa de intervención temprana afiliado a la universidad. Los menores tenían diversos orígenes raciales, étnicos y económicos, una población en general insuficientemente representada en los estudios de autismo. El 48 por ciento era hispano; el 36 por ciento, de raza blanca y el 10 por ciento, afro-americanos y el 46 por ciento tenía el seguro de salud estatal norteamericano Medicaid.
Los médicos que realizaron el diagnóstico original también proporcionaron intervenciones y supervisaron la respuesta al tratamiento. Con el tiempo, observaron que los síntomas de TEA en algunos niños se resolvieron, pero que la mayoría sigue teniendo otros aprendizajes y síntomas emocionales o de conducta que requieren atención.
"El autismo se ha considerado una enfermedad de por vida, pero el 7 por ciento de los niños en este estudio que recibieron un diagnóstico precoz experimentaron la resolución de los síntomas autistas con el tiempo", afirma la líder del trabajo, Lisa Shulman, directora de Servicios Infantiles y de Guardería y de Rehabilitación y el Programa de Evaluación y Aprendizaje para Bebés y Niños Pequeños Autistas en el Centro de Evaluación y Rehabilitación de Niños Rose F. Kennedy en la Escuela de Medicina Albert Einsetin del Hospital Infantil Montefiore, en Estados Unidos.
"La mayoría de los niños con el diagnóstico muestra discapacidad intelectual, pero en el punto de resolución de la sintomatología autista muestra cognición normal", detalla Shulman. Aunque el deterioro social del autismo se resolvió y el funcionamiento cognitivo mejoró, los investigadores encontraron que el 92 por ciento de los niños tenía deterioro residual de aprendizaje y/o emocional/conductual. Sólo tres de los 38 niños no tenían diagnóstico.
Se vio discapacidad en el habla y el aprendizaje en el 68 por ciento y casi la mitad presentaba problemas de externalización, como déficit de atención/hiperactividad o conductas disruptivas. Además, el 24 por ciento presentaba problemas de internalización como ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo o mutismo selectivo. Finalmente, cerca de las tres cuartas partes de los niños seguía necesitando apoyos académicos, como un ambiente de clase pequeño o una sala de recursos.
"Cuando un diagnóstico temprano de TEA se resuelve, a menudo hay otros diagnósticos de aprendizajes y emocionales/conductuales que quedan", sugiere Shulman, profesora asociada de Pediatría Clínica en el Colegio de Medicina Albert Einstein y médico adjunto del Hospital Infantil de Montefiore. "Entender toda la gama de posibles resultados positivos en este escenario es una información importante para los padres, los médicos y el sistema educativo", concluye.