Autor/autores:
Carolina Álvarez
Los trastornos del sueño son altamente prevalentes en la población pediátrica con trastornos del neurodesarrollo, teniendo consecuencias significativas tanto para el paciente como para sus familias. Esta revisión describirá las alteraciones del sueño más comunes presentes en las etiologías prevalentes de trastornos del neurodesarrollo y abord...
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Los trastornos del sueño son altamente prevalentes en la población pediátrica con trastornos del neurodesarrollo, teniendo consecuencias significativas tanto para el paciente como para sus familias. Esta revisión describirá las alteraciones del sueño más comunes presentes en las etiologías prevalentes de trastornos del neurodesarrollo y abordará cómo enfrentarlas desde puntos de vista diagnóstico y terapéutico según la evidencia actual.
Los niños con trastornos del neurodesarrollo como el trastorno del espectro autista (TEA), el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), la parálisis cerebral y discapacidades intelectuales suelen experimentar una mayor incidencia de perturbaciones del sueño en comparación con sus pares neurotípicos. Estas perturbaciones pueden incluir dificultades para iniciar y mantener el sueño, patrones de sueño-vigilia irregulares, reducción de la duración del sueño y alteración de la arquitectura del sueño.
1. Insomnio - Dificultad para conciliar el sueño o mantenerlo, común en niños con TEA y TDAH. Factores como la hiperactividad, la ansiedad y las sensibilidades sensoriales contribuyen al insomnio.
2. Trastornos respiratorios del sueño - Incluye condiciones como el ronquido y la apnea obstructiva del sueño, frecuentemente observados en niños con síndrome de Down debido a anomalías anatómicas que estrechan las vías respiratorias superiores.
3. Parasomnias - Como terrores nocturnos, sonambulismo y pesadillas, a menudo reportados en niños con trastornos del neurodesarrollo.
4. Trastornos del ritmo circadiano sueño-vigilia - Ritmos de sueño-vigilia irregulares son particularmente comunes en niños ciegos o aquellos con discapacidades intelectuales graves.
La evaluación de los trastornos del sueño en niños con trastornos del neurodesarrollo debe ser exhaustiva. A menudo incluye:
- Evaluación Clínica: Historia médica y del sueño detallada de padres o cuidadores.
- Cuestionarios y Escalas: Herramientas como el cuestionario de Hábitos de sueño Infantil pueden adaptarse para poblaciones especiales.
- Polisomnografía (PSG): Considerada el estándar de oro para diagnosticar trastornos respiratorios del sueño y otros problemas relacionados con el sueño.
- Actigrafía: Útil para evaluar patrones de sueño-vigilia y ritmos circadianos, especialmente en niños no verbales.
Las estrategias de tratamiento deben individualizarse según el trastorno del sueño específico y la condición de salud general del niño:
- Intervenciones Conductuales: Como establecer rutinas regulares de sueño, crear un ambiente propicio para dormir y usar técnicas de modificación de comportamiento para fomentar hábitos de sueño saludables.
- Tratamiento Farmacológico: La melatonina se usa comúnmente para regular los ciclos de sueño, especialmente en niños con TEA. Otros medicamentos pueden incluir clonidina o gabapentina, principalmente para insomnio o parasomnias.
- Presión Positiva Continua en la Vía Aérea (CPAP): A menudo prescrita para niños con apnea obstructiva del sueño.
- Modificaciones Ambientales: Implementar cambios en la habitación para reducir las perturbaciones sensoriales que podrían impedir el sueño.
Es crucial educar a las familias sobre la naturaleza de los trastornos del sueño y estrategias efectivas de afrontamiento. Los grupos de apoyo y la terapia también pueden proporcionar apoyo emocional y consejos prácticos para manejar las dificultades del sueño.
Abordar las alteraciones del sueño en niños con trastornos del neurodesarrollo es esencial para mejorar tanto su calidad de vida como la de sus familias. Con un diagnóstico preciso y enfoques terapéuticos adaptados, se puede lograr una mejora significativa en los problemas relacionados con el sueño, contribuyendo a un mejor desarrollo general y funcionamiento diario.
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