Congreso Nacional de Psiquiatría: Los programas de rehabilitación funcional de pacientes bipolares deben incluir talleres de competencias digitales

El programa CIBERSAM presentó una actualización científica sobre el trastorno bipolar (TB) durante el XXVIII Congreso Nacional de Psiquiatría, organizado por la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM). La sesión, moderada por Vicent Balanzá Martínez, reunió a expertos que abordaron los avances recientes en tres áreas clave: la brecha digital en personas mayores con TB, la regulación emocional y la neurobiología del sistema de recompensa.

Brecha digital y trastorno bipolar: un nuevo reto clínico En su ponencia “Personas mayores con Trastorno Bipolar: ¿Desconectados en la Era Digital?”, María Cabello Salmerón analizó el impacto de la brecha digital en este grupo de pacientes.

La brecha digital —la desigualdad en el acceso, uso y competencias tecnológicas— afecta especialmente a las personas mayores, a quienes tienen discapacidad y quienes padecen trastornos mentales graves.

Cabello explicó que, aunque la digitalización acelerada tras la pandemia de la COVID-19 ha mejorado el acceso general a la tecnología, no existen aún estudios específicos sobre la brecha digital en pacientes bipolares.

En una investigación reciente, se observó que las personas con TB presentan menor dominio en actividades informáticas y uso de videollamadas, especialmente entre quienes tienen mayor edad y menor nivel educativo.

“Los pacientes bipolares presentan desigualdad en el acceso y uso de teléfonos inteligentes y redes sociales”, subrayó la experta. La competencia digital se relaciona directamente con una menor discapacidad funcional, lo que sugiere que los programas de rehabilitación deberían incorporar talleres adaptados para mejorar estas habilidades.

Los pacientes más jóvenes, con mayor nivel de estudios y evaluación más elevadas en depresión, muestran mejores competencias digitales. Regulación emocional: el papel de la rumiación Por su parte, Vincenzo Oliva presentó estrategias de regulación emocional vinculadas a los síntomas del trastorno bipolar.

Explicó que la desregulación emocional es tanto un rasgo estable del paciente como un estado variable que fluctúa con los episodios de ánimo.

Entre las estrategias disfuncionales, la rumiación —dar vueltas repetitivas y negativas a los pensamientos— mostró una fuerte presión con los síntomas depresivos.

Oliva destacó que este patrón puede abordarse como objetivo terapéutico a largo plazo, siendo la Terapia Dialéctico-Conductual (DBT) una de las intervenciones más efectivas y de carácter transdiagnóstico para mejorar la regulación emocional.

El sistema de recompensa: claves neurobiológicas del trastorno bipolar La investigadora Paola Fuentes-Claramonte centró su exposición en el procesamiento de la recompensa durante los episodios maníacos, explorado mediante el paradigma de Error de predicción de recompensa (RPE).

Explicó que el sistema de recompensa, mediado por circuitos dopaminérgicos que conectan el área tegmental ventral, el núcleo accumbens, el estriado y la corteza prefrontal, es esencial para la motivación y el aprendizaje.

En el trastorno bipolar, este sistema presenta una disfunción de base que puede actuar como factor de riesgo para la enfermedad. Durante la manía, se observa una hiperreactividad del estriado ventral ante estímulos positivos, lo que favorece la euforia, la impulsividad y la búsqueda de placer.

Estudios de neuroimagen confirman una activación anómala del sistema dopaminérgico y una sobrerrespuesta a la recompensa.

El litio, tratamiento estabilizador clásico, modula esta alteración al reducir la activación del estriado ventral en la fase de anticipación y atenuar la respuesta emocional en la fase de resultado, contribuyendo a mantener la estabilidad afectiva.

Además, los pacientes bipolares muestran una codificación irregular del error de predicción de recompensa, con menor conectividad entre el estriado y la ínsula, lo que se asocia con síntomas maníacos y un aprendizaje más lento ante el feedback negativo.

Fuentes-Claramonte concluyó que el procesamiento alterado de la recompensa podría ser un marcador estable del trastorno bipolar, aunque aún se requiere determinar cómo varía este patrón durante los estados de eutimia.