Desregulación emocional y falta de recompensa frustrante en relación con los síntomas del TDAH y el índice de masa corporal

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y la obesidad son dos condiciones frecuentes en la infancia y adolescencia que, de manera independiente, se han asociado con dificultades en la regulación emocional, incluyendo una baja tolerancia a la frustración. Sin embargo, existe una escasez de investigaciones que analicen los aspectos compartidos y diferenciales de la desregulación emocional en cada una de estas condiciones por separado y, especialmente, cuando ambas coexisten en el mismo individuo. Comprender estos vínculos puede ser clave para diseñar intervenciones más específicas en salud mental y pediatría.

El presente estudio tuvo como objetivo examinar la desregulación emocional en niños y adolescentes con y sin TDAH, considerando además distintos niveles de índice de masa corporal (IMC). La muestra incluyó 163 participantes de entre 8 y 17 años, que presentaban variaciones tanto en síntomas de TDAH como en IMC. La regulación emocional fue evaluada a través de cuestionarios de reporte de padres e hijos que midieron rasgos de regulación emocional, labilidad/negatividad e irritabilidad. Adicionalmente, se aplicaron tareas experimentales de frustración por no-recompensa, con mediciones antes y después de la exposición, para valorar el estado emocional en términos de control cognitivo y persistencia en la tarea.

Los resultados mostraron que, en las medidas de rasgo, los síntomas más elevados de TDAH se asociaron con menor capacidad de regulación emocional y con mayores niveles de irritabilidad y labilidad/negatividad, independientemente del IMC de los participantes. En contraste, en las medidas de estado, los síntomas de TDAH tendieron a asociarse con mayor frustración y menor persistencia en las tareas frustrantes, aunque estas asociaciones no alcanzaron significación estadística.

En conjunto, los hallazgos sugieren que la desregulación emocional observada en este estudio parece ser en gran medida específica del TDAH, más que de la obesidad o del IMC elevado. Esto no significa que la obesidad carezca de implicaciones emocionales, sino que en este caso las dificultades emocionales parecen estar más estrechamente ligadas a los síntomas del TDAH.

El estudio subraya la necesidad de investigaciones de mayor escala, que incluyan niños con diagnósticos estrictamente establecidos de TDAH, así como medidas objetivas de grasa corporal y de comportamiento alimentario, con el fin de clarificar mejor cómo la desregulación emocional puede contribuir a la interacción entre TDAH y obesidad. Este conocimiento permitirá diseñar programas de prevención e intervención más eficaces, dirigidos tanto a la salud mental como al bienestar físico en la infancia y adolescencia. 

Resumen modificado por Cibermedicina 

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