Antecedentes
La exposición al estrés durante la primera infancia y el consumo materno de una dieta alta en grasas y azúcares tienen efectos perjudiciales en las respuestas emocionales en la edad adulta.
Estudios recientes sugieren que la microbiota intestinal y el eje intestino-cerebro desempeñan un papel crucial en la regulación del estrés y las emocio...
Antecedentes
La exposición al estrés durante la primera infancia y el consumo materno de una dieta alta en grasas y azúcares tienen efectos perjudiciales en las respuestas emocionales en la edad adulta.
Estudios recientes sugieren que la microbiota intestinal y el eje intestino-cerebro desempeñan un papel crucial en la regulación del estrés y las emociones, actuando potencialmente como mediadores entre los factores ambientales y la salud mental.
Método
Este estudio examinó los efectos combinados del estrés temprano y una dieta poco saludable en el comportamiento y la microbiota intestinal en ratas macho jóvenes.
Se utilizó un modelo de separación materna (SM) para inducir estrés en la primera infancia, acompañado del consumo materno y posnatal de una dieta rica en grasas y azúcares (HFS: 45% de calorías provenientes de grasa saturada y 17% de sacarosa).
El comportamiento similar a la ansiedad se evaluó utilizando un laberinto elevado de ceros, mientras que el comportamiento similar a la depresión se midió mediante las pruebas de natación forzada y preferencia por la sacarosa.
Para analizar la composición de la microbiota intestinal y los metabolitos derivados, se utilizaron muestras fecales procesadas a través de cromatografía de gases y espectrometría de masas.
Resultados
Los resultados mostraron que la exposición combinada al estrés temprano (SM) y el consumo de una dieta HFS a lo largo de la vida revirtió parcialmente los comportamientos anormales relacionados con la ansiedad y la depresión en la adultez temprana que fueron inducidos por cada factor de riesgo de forma independiente. Es decir, los efectos negativos sobre el comportamiento emocional que se observaron con la exposición al estrés temprano o la dieta HFS por separado, se redujeron cuando ambos factores se combinaron.
En cuanto a la microbiota intestinal, se encontró que la composición de la dieta tenía un mayor impacto negativo que la exposición al estrés temprano en la composición microbiana. Sin embargo, la combinación de estos factores ambientales interactuó con la microbiota, contrarrestando parcialmente los efectos adversos que cada uno tenía por separado.
Conclusiones
Los efectos perjudiciales del estrés en la primera infancia y una dieta rica en grasas pueden revertirse parcialmente cuando ambos factores se combinan.
Estos hallazgos sugieren una interacción compleja entre el estrés temprano y la dieta en la modulación de las respuestas al estrés y la microbiota intestinal en la edad adulta. Los resultados destacan la necesidad de considerar cómo múltiples factores ambientales interactúan para influir en la salud mental y la microbiota, lo que podría ser clave para desarrollar estrategias de intervención más efectivas.
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