Ahora que Joseph LeDoux se retira de una ilustre carrera científica, aprovecho esta oportunidad para reflexionar sobre el profundo impacto que mis experiencias de formación de posgrado en su laboratorio tuvieron en mi trayectoria científica. El tiempo que pasé en su laboratorio no solo moldeó mi comprensión de la función de la amígdala humana...
El miedo, el aprendizaje y la amígdala

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Autor/autores: Kevin S. La Bar
Artículo revisado por nuestra redacción
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Ahora que Joseph LeDoux se retira de una ilustre carrera científica, aprovecho esta oportunidad para reflexionar sobre el profundo impacto que mis experiencias de formación de posgrado en su laboratorio tuvieron en mi trayectoria científica. El tiempo que pasé en su laboratorio no solo moldeó mi comprensión de la función de la amígdala humana, sino que también influyó profundamente en mis opiniones más generales sobre la actividad científica.
El enfoque de LeDoux hacia la neurociencia se distinguió por su compromiso con la apertura intelectual, la integración metodológica rigurosa y una curiosidad inquebrantable sobre los mecanismos neuronales que subyacen a la emoción y la memoria. Estos valores fundamentales siguen guiando mi propio trabajo y siguen siendo un testimonio de su influencia duradera en el campo.
Uno de los aspectos que definieron mi formación con LeDoux fue el énfasis que puso su laboratorio en la integración multimetodológica. Su programa de investigación se basó en una síntesis de técnicas que abarcaban desde los estudios clásicos de lesiones y registros electrofisiológicos hasta las técnicas de neuroimagen y moleculares contemporáneas. Esta diversidad metodológica fomentó una comprensión más integral del papel de la amígdala en el procesamiento emocional, estableciendo un estándar para el estudio de las funciones cerebrales complejas. Al integrar herramientas de diferentes disciplinas, el laboratorio de LeDoux ejemplificó la importancia de un enfoque convergente para la investigación científica, que no se basa únicamente en una única técnica, sino que combina múltiples líneas de evidencia para formar conclusiones sólidas.
Más allá de la metodología, el trabajo de LeDoux se desarrolló en un contexto histórico único que vio una expansión espectacular de la investigación sobre el cerebro emocional. Los descubrimientos fundamentales realizados en su laboratorio durante los años 1980 y 1990, en particular en relación con los circuitos neuronales que subyacen al condicionamiento del miedo, fueron fundamentales para transformar la neurociencia afectiva en una disciplina científica rigurosa. En una época en la que la neurociencia cognitiva se centraba en gran medida en las funciones ejecutivas de orden superior, LeDoux defendió el estudio de las emociones como fundamental para comprender las relaciones entre el cerebro y la conducta. Su investigación pionera no solo reformuló la forma en que conceptualizamos el papel de la amígdala en el miedo y la emoción, sino que también sentó las bases para futuras investigaciones sobre trastornos psiquiátricos como el trastorno de estrés postraumático y la ansiedad.
Una lección crucial que me llevo de mi tiempo en el laboratorio de LeDoux es la importancia de adoptar nuevas tecnologías sin perder de vista marcos teóricos sólidos. Los avances en optogenética, modelado computacional y técnicas de registro neuronal a gran escala siguen refinando nuestra comprensión de la amígdala y sus interacciones con otras regiones del cerebro.
El legado científico de LeDoux nos recuerda que el progreso en neurociencia requiere tanto la voluntad de adoptar metodologías novedosas como una profunda apreciación de la trayectoria histórica de los descubrimientos. Al recordar mis años de formación en su laboratorio, me llena de gratitud el entorno intelectual que LeDoux fomentó: un espacio en el que se alentaba la exploración científica, se aceptaba el debate riguroso y se afrontaba la curiosidad con las herramientas necesarias para buscar respuestas. Sin duda, sus contribuciones a la neurociencia afectiva perdurarán y darán forma a este campo para las generaciones futuras.
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