XII Reunión Anual de la Sociedad Vasco-Navarra de Psiquiatría
-Oñati 2 y 3 de octubre de 2014-
Reflexiones de José Luis Carrasco, catedrático y jefe de Sección de Psiquiatría del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, sobre la violencia y el trastorno mental
LA SANCIÓN Y EL CASTIGO AYUDAN A FRENAR LA AGRESIVIDAD DE PERSONAS CON TRASTORNOS MENTALES
- Las conductas violentas de los Trastornos Límite de Personalidad, aunque comprendidas con una especial interpretación y sensibilidad, deben ser sancionadas y reprendidas
- La violencia que procede del trastorno mental es una conducta irreflexiva, desesperada y poco integrada en el total de la persona. Por ello se sigue con frecuencia de sentimientos de culpa y vergüenza
- La patología que subyace a la violencia no es la falta de intelecto o juicio, sino la alteración de la regulación emocional y del control del impulso
- La investigación neurobiológica va mostrando cómo los pacientes con conductas violentas presentan anomalías en el funcionamiento de áreas cerebrales relacionadas con la regulación de emociones como la ira
Oñati, octubre de 2014.- La sanción y el castigo ayudan a frenar la agresividad de personas con trastornos mentales. La mayoría de las conductas violentas no deben considerarse trastornos mentales y forman parte de los esquemas morales de comportamiento de las personas, por lo que conllevan toda la responsabilidad y la imputabilidad, según palabras de José Luis Carrasco, catedrático y jefe de Sección de Psiquiatría del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, que ha impartido la conferencia inaugural de la XII Reunión Anual de la Sociedad Vasco-Navarra de Psiquiatría que se celebra este jueves y viernes en la localidad gipuzcoana de Oñati.
Durante la ponencia, que lleva por título Conducta violenta y trastorno mental: una relación compleja, el experto ha explicado que la violencia es un constituyente de la conducta animal y por tanto también la humana. Pero el hombre tiene una capacidad mental que le permite diluir la ira en forma de conductas complejas no directamente violentas.
Existe una realidad violenta que sí tiene un trasfondo de enfermedad mental. La violencia que procede del trastorno mental es una conducta irreflexiva, desesperada y escasamente integrada en el total de la persona. Por ello se sigue con frecuencia de sentimientos de culpa y vergüenza. En algunos casos, ha proseguido el experto, quien ha subrayado que el origen de la conducta violenta es la pérdida del juicio de realidad y la percepción delirante del entorno. Pero en la mayoría de las conductas violentas sintomáticas el paciente conserva el juicio y la capacidad de discernir.
De esta reflexión se deduce, a juicio del especialista, que la patología que subyace a la violencia no es, por tanto, la falta de intelecto o juicio, sino la alteración de la regulación emocional y del control del impulso. Esto es lo que ocurre en los trastornos límites de la personalidad y en otros trastornos impulsivos como el trastorno explosivo intermitente o algunos trastornos antisociales de la personalidad.
Asimismo, el profesor Carrasco ha apuntado que la investigación neurobiológica va paulatinamente mostrando cómo los acientes con conductas violentas presentan anomalías en el funcionamiento de algunas áreas cerebrales relacionadas con la regulación de las emociones, como el cortex cingulado o la corteza prefrontal ventral. Estas áreas se encargan de transformar la emoción de ira procedente de la amígdala y del hipocampo en ideas e imágenes que guíen una reacción adecuada y programada del sujeto. Si estas áreas no funcionan correctamente, como ocurre en el TLP, la respuesta agresiva es menos controlable.
Por último, ha subrayado el experto que a fin de mejorar esta capacidad de control se pueden utilizar medicamentos, técnicas de autocontrol y de autorregulación emocional. Pero no debe olvidarse que los límites externos son también frenos para la reacción agresiva, especialmente en sujetos con déficits en su propia inhibición. Por ello estas conductas, aunque comprendidas con una especial interpretación y sensibilidad, deben también ser sancionadas y reprendidas.
EL EVENTO
La localidad guipuzcoana de Oñati acoge este jueves y viernes, 2 y 3 de octubre, la décimo segunda Reunión Anual de la Sociedad Vasco-Navarra de Psiquiatría, cuyo lema es Nuevos planteamientos en Psiquiatría, en la que más de 100 expertos en Salud Mental presentarán los últimos avances en salud mental.
El evento reúne a los psiquiatras del País Vasco y Navarra y ha sido declarado de interés sanitario por el Departamento de Salud del Gobierno Vasco. Se desarrolla en el Centro de Encuentros y Reuniones Gandiaga, situado en el entorno natural del Santuario de Arantzatzu en Oñati.
