La Alianza Otsuka-Lundbeck ha avanzado la llegada a España de brexpiprazol, comercializado como 'Rxulti', como nuevo antipsicótico oral indicado para el tratamiento de la esquizofrenia en adultos, y que cuenta con un mecanismo de acción diferencial, que modula la actividad serotoninérgica, dopaminérgica y noradrenérgica, que se refleja en su perfil de eficacia y seguridad.
Además, muestra mejoría en los cinco factores Marder de la PANSS (Escala para el Síndrome Positivo y Negativo de la esquizofrenia) al año de tratamiento, es decir, en los síntomas positivos, negativos, pensamiento desorganizado, hostilidad/excitación incontrolada y ansiedad/depresión, lo que para el doctor Giovanni Martinotti, profesor de Psiquiatría de la Universidad degli Studi de Chieti, representa "un impacto importante ya que, cuando este fármaco es prescrito se está garantizando al paciente la mejor opción terapéutica en relación a su calidad de vida".
Esta terapia es eficaz en el tratamiento de los síntomas de la esquizofrenia tanto en la fase aguda como en la fase de mantenimiento y, en su opinión "puede cubrir todas las fases del trastorno, desde su inicio, cuando los pacientes pueden ser aún más receptivos y funcionales, con la perspectiva de un excelente resultado a largo plazo".
Su buen perfil de tolerabilidad se refleja en la baja incidencia de efectos adversos sedativos y activadores (acatisia, inquietud, agitación, ansiedad, insomnio). Además, este nuevo antipsicótico oral previene las recaídas y promueve la mejoría de la funcionalidad. Para el doctor Martinotti, "la adherencia al tratamiento garantiza una menor posibilidad de recaídas y con brexpiprazol es muy difícil que el paciente interrumpa la terapia durante la fase de estabilización, ya que los efectos secundarios son mínimos o inexistentes. La falta de adherencia terapéutica sigue siendo uno de los principales retos en el abordaje de la esquizofrenia.
Entre el 40-50 por ciento de las personas con este diagnóstico incumple el tratamiento prescrito. "Además, esta situación empeora a lo largo del tiempo, alcanzando tasas de hasta el 61 por ciento al transcurrir cuatro años con la enfermedad", afirma la también jefa de Sección de Psiquiatría del Hospital Clínico San Carlos, quien recuerda que "la medicación antipsicótica es imprescindible para la evolución favorable de la esquizofrenia".
En cuanto al perfil de paciente candidato a este tratamiento, el doctor Martinotti considera que "si bien todos los pacientes con esquizofrenia pueden beneficiarse de este nuevo tratamiento, se dan condiciones preferenciales al inicio de la enfermedad, en el paciente joven, ante psicosis esquizofrénicas con síntomas afectivos y en pacientes con esquizofrenia y uso comórbido de sustancias".
El programa de desarrollo consta de 13 ensayos clínicos en los que se ha evaluado su eficacia y seguridad en el tratamiento de la esquizofrenia en las fases aguda y de mantenimiento, así como su efecto sobre aspectos específicos del tratamiento de la enfermedad.
"Su acción moduladora de la actividad dopaminérgica serotoninérgica y noradrenérgica hace que este antipsicótico sea especialmente eficaz en el tratamiento de los síntomas positivos y afectivos de la esquizofrenia. Además, su eficacia en la prevención de nuevos brotes psicóticos y recaídas puede evitar la aparición de síntomas negativos. Su uso es seguro e impacta positivamente en el control de los síntomas psicóticos, desregulación emocional, irritabilidad, ansiedad, impulsividad y déficit de cognición social asociada a esta enfermedad", señala la vicepresidenta de la SEPSM, la doctora Díaz Marsá.
En cuanto a la presencia de síntomas afectivos en la esquizofrenia, "destacarían los síntomas depresivos, el ánimo expansivo o la presencia de humor disfórico e irritabilidad. En algunos casos, los síntomas afectivos y negativos pueden aparecer antes que los positivos, pero, al ser, por lo general, menos evidentes, pueden pasar inadvertidos durante las primeras fases. Su presencia condiciona el pronóstico a largo plazo, dado que interfieren mucho en la capacidad adaptativa", afirma la doctora Díaz Marsá.