Ha fallecido Manuel Trujillo Pérez-Lanzac, un hombre con temple

Nació en Sevilla (28-9-1945) y falleció en el Puerto de Sta. María (2-10-2025). Cursó medicina en la Facultad sevillana, en la que nos conocimos y recuerdo su madura personalidad que ya apuntaba a un notable emprendimiento y su gran apertura a la amistad. Aún recuerdo el trío que formó con Ernesto Peñacoba y Pepe Rabadán que alcanzó ser cirujano de la plaza de toros de Valladolid. Frecuentábamos el C. Mayor Guadaira, donde abundaba el afán de estudio, la actividad cultural, el buen humor y el interés personal por la formación espiritual. ¡Felices años juveniles! 

Comenzó su trabajo en Sevilla en el Departamento de Orientación Psico-profesional (DOPP) en los años 60-70 y pasó a Córdoba para especializarse en Psiquiatría y pronto se embarcó hacia Estados Unidos, donde residió el resto de sus años. Llegó al zenit de su vida profesional como Director del Departamento de Psiquiatría del Hospital Bellevue (Nueva York) , el más antiguo de esa ciudad. Profesor de Psiquiatría en New York University y Director del Programa Public and Global Psychiatry (EE. UU.). Autor de más de 700 artículos de Psiquiatría y Psicoanálisis para los universitarios de Nueva York. Allí destacó como psiquiatra internacional, experta en la Psicoterapia en los Trastornos de la Personalidad. Por esas fechas se le apodaba el psiquiatra de los psiquiatras y él lo relataba entre bromas. 

Fue nombrado Colegiado de Honor del Colegio de Médicos de Sevilla (RICOMS) y de la SAMP . Aquí desarrolló Cursos de Neuro-psicofarmacología en la Sociedad Andaluza de Medicina Psicosomática (SAMP), Había recibido el título de Especialista en Medicina Psicosomática , especialidad recién creada entonces en EE.UU. UU. Pionero en la asistencia médica en las grandes catástrofes, con su libro “Psicología para después de una crisis”, tras la tragedia de las Torres gemelas, en las que intervino activamente.

Trabajó cerca a los Dres. Pablo Gotor, Aquilino Polaino, Castilla del Pino, Enrique Rojas, José Antonio Santos, Rodríguez Sacristán, etc. Supo ser un gran amigo y siempre aplicaba lo que un día me mostró, en uno de sus mensajes: La claridad en la expresión es la cortesía más profunda que se puede extender a un amigo. Y así lo prodigó. Manolo fue un enamorado de su familia, formado por Karin, sus tres hijos, descendencia y demás parientes. Mantuvo su interés por España y Sevilla, recibiendo a diario la prensa, tanto en NY como en sus estancias en Sevilla –la tierra luminosa, la llamaba- o en los veranos del Puerto de Sta. María. 

Una dolorosa y prolongada enfermedad, ha mostrado su entereza, serenidad, sentido trascendente y buen humor. Este último verano en el Puerto ha sido todo un regalo para él. Me ha venido contando por Wasap, notas de su vida, lecturas, celebraciones familiares, planes de ocio, etc. Y Dios ha querido llamarlo con inmediatatez, sin sufrimiento alguno, con la rapidez que él preconizaba y disponía habitualmente. Descanse en paz.

MANUEL ÁLVAREZ ROMERO

Presidente de la SAMP