«Los adolescentes desmotivados, con déficit de atención, con tendencia al abuso de tecnologías o con patrones disruptivos en el rol familiar van a ser los grandes perjudicados de las clases semipresenciales o de futuros confinamientos», apunta Jordi Royo, director del grupo de las escuelas terapéuticas Amalgama7. «Se debería priorizar la presencialidad de este colectivos o de todo aquel que presente algún factor de riesgo, porque todo nos hace pensar que estudiar online provocará un mayor número de familias en conflicto, insiste este psicólogo, que durante el confinamiento derivado de la pandemia vio cómo su consulta recibió más de trescientas llamadas de padres y madres que habían sufrido violencia filioparental.
Plan terapéutico
Para muchos alumnos ir diariamente a clase implica, explica este experto, «establecer una serie de rutinas que en algunos trastornos pueden ser tan beneficiosos como un plan terapéutico». «Aquellos niños y los adolescentes que no usan, sino que abusan de las viejas y nuevas tecnologías, lo que popularmente se conoce como pantallismo, y que tienen tendencia a encerrarse en su habitación online y que muy probablemente presentan síntomas de aislamiento y retraimiento socia necesitan, más que nunca, ir a la escuela no solo por razones académicas, sino y esencialmente por pura necesidad de socialización». El director de Amalgama7 añade que, además, «se deberían tener en cuenta a los adolescentes con tendencia oposicionista, a la desobediencia y al no cumplimiento de las tareas escolares y domésticas, que muy frecuentemente tienden a entrar en conflicto con sus hermanos y sus padres y es previsible considerar que, cuanto más tiempo estén en casa, más se incrementarán los problemas», advierte.
Autonomía
A continúa Royo, «suele coincidir que son perfiles que presentan desmotivación escolar, y que no tienen suficiente estructura y autononomía para "ir tirando solos“ en casa, por lo que obviamente necesitan un acompañamiento más especifíco, dado que por si mismos será más dificil que realicen sus tareas escolares. Por tanto, que tengan que interrumpir su presencia en clase en favor del curso online -bien sea por cuarentenas o porque les toque por curso según la instrucción que dicte cada comunidad, puede resultar totalmente contraproducente».
De cualquier forma, recalca este psicólogo, «hay que observar y diferenciar si ciertos comportamientos son de carácter psicológico, físico, o responden a ambos a la vez. Y es importante distinguir esto cuanto antes para poner las medidas necesarias y no llegar a la violencia filioparental que desgraciadamente muchos padres sufrieron durante el pasado confinamiento».