Dos residentes que trabajan por primera vez esa noche detallan cómo se sentirán al perderse una cena tan mágica
La cena de Nochebuena es un momento especial y mágico donde las personas se reúnen con sus seres queridos y comparten momentos de calidad entre ellos. Pero no todos pueden disfrutar de la misma forma este día y dentro de los hospitales es fundamental que haya profesionales de guardia que puedan atender las necesidades que requieran los pacientes.
Carlos Yebra, residente de Cardiología de segundo año, considera la Nochebuena uno de sus momentos navideños favoritos para dedicar tiempo a su familia, pero este año será el primero que se la pierda. Le toca hacer guardia en su hospital y es consciente de que, en ciertos momentos, “sentirá melancolía” por no estar sentado en la mesa junto a su madre, su tío o su pareja recordando anécdotas, cantando villancicos o, como él afirma, “haciendo el payaso” para divertirles.
“Claro que lo voy a echar de menos. Trabajar durante las fiestas te da un cierto grado de melancolía, y me gustaría poder compartir tiempo de calidad con mi familia en un día tan bonito como ese. Al final, cada vez la vida va más rápido y tenemos tiempo para menos cosas. Pocas veces te paras y estás una, dos o tres horas con una persona dedicándole tiempo”, ha resaltado este médico a Redacción Médica.
Los abuelos de Yebra fallecieron el año pasado por estas fechas y reconoce que habrá momentos durante la guardia navideña que piense en ellos y no pueda evitar sentir nostalgia. Además, también es consciente que, en determinadas horas, se sentirá “un poco solo” y pensará: “Joe, todo el mundo está ahí con su familia y yo estoy aquí. Aunque esté rodeado de muy buenos compañeros y me encante mi trabajo”.
Cena de Nochebuena en los hospitales
A pesar de ello, Yebra reconoce que esa noche “harán piña” entre los profesionales sanitarios de las distintas áreas del hospital y, si los pacientes están estables y es posible hacerlo, organizarán una pequeña cena para acompañarse mutuamente.
Un caso parecido es el que vivirá Inés Rodrigo, residente de segundo año de Medicina de Familia. Será la primera Nochebuena que no esté con su familia. En su servicio, los festivos los organizan a través de un sistema de sorteos y luego por prioridades y, ya que ella tenía que trabajar en un ‘super festivo’ priorizó la noche del 24 de diciembre.
Nostalgía durante las guardias en Nochebuena
Inés pasaría este año la festividad con su familia materna y reconoce a este periódico que “le da pena” perderse este momento, pero es consciente de que podrá reunirse con todos ellos en la comida de Navidad.
“En Nochebuena con mi madre nos juntamos solo unos pocos y luego el 25 de diciembre sí nos juntamos con el resto de mi familia materna, por lo que di prioridad a hacer este día, ya que vería a la misma gente al día siguiente”, ha explicado.
Médicos que se pierden la Nochebuena por estar de guardia
En su familia no suelen celebrar Papá Noel porque son más de Reyes Magos, pero igualmente reconoce que es una cena “que le gusta” cuando se junta con la familia de su madre porque son menos en la mesa y es un momento “más cercano” y puede mantener conversaciones con todos ellos.
“También me da pena que este año murió mi abuela y entonces son las primeras navidades que no está en esa cena. Pero sí está mi abuelo materno, entonces pienso: Jo, quizás me estoy perdiendo algo que uno nunca sabe cuándo van a cambiar las cosas. En ese sentido es lo que más pena me da, perderme la cena con mi abuelo, aunque sí estaremos juntos el 25 de diciembre”, ha indicado a este periódico.
Animar a los pacientes durante la guardia de Nochebuena
Pero Rodrigo intenta verlo con otros ojos y explica que es una “experiencia nueva”. Junto a sus compañeros va a organizar una cena con comidas caseras que traigan desde sus casas y que suelen tomar en este día tan especial, para ver “las diferentes tradiciones” que tiene cada uno de ellos.
“Lo que vamos a intentar es llevar nuestras partes más emotivas o que nos estemos perdiendo y compartirlo con los compañeros. Y, como yo haré una guardia en Pediatría y sé la importancia que tiene, me he comprado unos cuernos de reno para que los niños estén más cómodos. Al final, no solo es hacer el día más ameno a nosotros, sino también a los pacientes”, ha concluido.