Objetivos
El presente estudio tiene como objetivo examinar el papel que desempeñan la mentalización y los estilos de apego en el desarrollo de rasgos esquizotípicos hacia la aparición de fenómenos de saliencia atípica, un marcador clave en el riesgo de psicosis.
De manera específica, se busca explorar cómo las alteraciones en estas capacida...
Objetivos
El presente estudio tiene como objetivo examinar el papel que desempeñan la mentalización y los estilos de apego en el desarrollo de rasgos esquizotípicos hacia la aparición de fenómenos de saliencia atípica, un marcador clave en el riesgo de psicosis.
De manera específica, se busca explorar cómo las alteraciones en estas capacidades sociocognitivas interactúan con las dimensiones multidimensionales de la esquizotipia —como la autofragmentación, la inestabilidad emocional y el desapego social— para contribuir a la emergencia de experiencias psicóticas atenuadas.
Este enfoque permite abordar la psicosis desde una perspectiva dimensional y preventiva, destacando el impacto de factores relacionales y cognitivos en su desarrollo temprano.
Método
Para llevar a cabo esta investigación, se diseñó un estudio de cohorte en dos fases con un intervalo de seguimiento de nueve meses. Las variables de interés se evaluaron mediante instrumentos de autoinforme validados que midieron esquizotipia, mentalización, apego, afecto negativo y saliencia aberrante. Se utilizaron modelos de redes tanto para estimar asociaciones transversales como longitudinales, permitiendo una visión más compleja y dinámica de las interacciones entre las variables.
Este enfoque metodológico ofrece una alternativa a los modelos lineales tradicionales, al capturar las relaciones estructurales y temporales entre factores de riesgo.
Resultados
La muestra final estuvo compuesta por 312 participantes con edades comprendidas entre los 18 y 37 años. El 77 % se identificó como mujer, y un 57 % informó haber recibido atención en salud mental durante el período de seguimiento.
Los análisis revelaron que la capacidad de mentalización desempeñó un papel central al mediar entre el afecto negativo, los estilos de apego inseguros y las dimensiones de la esquizotipia. Además, actuó como un nodo puente que conectó temporalmente diferentes componentes del riesgo psicótico, lo cual sugiere su relevancia como factor de protección o vulnerabilidad.
Conclusión
Los hallazgos sugieren que las dificultades en la mentalización pueden contribuir al riesgo de psicosis al perpetuar la desregulación emocional y reforzar patrones esquizotípicos. No obstante, se reconoce la posible influencia de sesgos de muestreo, como lo indican los análisis de estabilidad y precisión de las redes estimadas.
Estos resultados subrayan la importancia de implementar intervenciones clínicas centradas en mejorar la capacidad de mentalización como una estrategia prometedora para reducir el riesgo de transición hacia trastornos psicóticos.
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