El verano es una de las épocas más deseadas del año por la llegada del buen tiempo y las vacaciones. Sin embargo, en este período muchas personas se encuentran con problemas psicológicos que afectan a su salud mental.
Santiago Pérez, psicólogo de la Clínica HLA Montpellier, comenta cuáles son los trastornos más habituales en verano y cómo se puede cuidar la salud mental durante esta época del año.
El primer factor a tener en cuenta es la sensibilidad intrínseca en el ser humano. Sentir el cambio es un proceso inconsciente y tautológico, aunque irregular. Cada persona se ve afectada por diferentes factores y en distinto grado.
Los trastornos afectivos estacionales son dependientes de los cambios que se producen por la época del año, y algunas claves son la luz y el clima.
"Los síntomas más comunes suelen ser la tristeza, la anhedonia (incapacidad para sentir placer) y la abulia (pasividad, desinterés y falta de voluntad). Está demostrado que las consultas de salud mental se incrementan en otoño y primavera, pero depende de la historia personal. Para alguien el inicio del otoño puede ser un signo de pena por la ausencia de sol, pero para otra persona es el periodo de recogimiento donde no necesita tener contacto con los demás, con el estrés que ello supone. Este último hecho se ha demostrado durante el confinamiento, donde pacientes con una naturaleza más esquizoide, han mejorado su sintomatología. El hogar puede ser una cárcel, o un oasis en mitad del desierto", señala el especialista.
La obsesión por la imagen se ha convertido en un gran problema en la sociedad actual, fomentando la aparición de enfermedades relacionadas directamente con la autopercepción corporal y la imagen de la persona. "Dada la imperante exigencia estética, el verano se convierte en una época donde las prendas desaparecen, con el consiguiente enfrentamiento a las inseguridades. Siempre debemos tener en cuenta que los trastornos alimenticios pueden tener graves consecuencias, y en ocasiones banalizamos en exceso el trato a esta enfermedad. En seres que se encuentran en construcción de su ego (como son los adolescentes), es muy tentador apoyarse en la restricción de ingesta como medio de aprobación social”, añade Pérez.
Por tanto, es importante utilizar este tiempo de vacaciones para bajar el ritmo, aprovechar para reflexionar en lo que ha sucedido estos meses y cómo ha afectado a nuestras vidas. Comer bien, crear una rutina saludable y desconectar de la tecnología son buenos consejos para cuidar de nuestro cuerpo en la época estival. " En la cultura occidental, el verano se relaciona con vacaciones. Así que quizá deberíamos ceñirnos a lo que significa la palabra vacaciones; “estar libre, desocupado, vacante”. Prescindir de velocidad en la acción, escuchar a tu organismo y a tu psique, dejarte llevar. La queja continua es un mal endémico en la sociedad, y cuando llega esta época, rara vez sabemos adaptarnos. Utiliza el verano como descanso, y si puedes, no hagas nada. Literalmente", concluye el psicólogo.