El tratamiento de los signos y síntomas de ansiedad es un desafío diario en la práctica clínica.
Al elegir entre las opciones de tratamiento, la ansiedad debe entenderse en el contexto situacional, psiquiátrico y biológico en el que surge.
La etifoxina, un fármaco ansiolítico no benzodiazepínico perteneciente a la clase de benzoxazin...
El tratamiento de los signos y síntomas de ansiedad es un desafío diario en la práctica clínica.
Al elegir entre las opciones de tratamiento, la ansiedad debe entenderse en el contexto situacional, psiquiátrico y biológico en el que surge.
La etifoxina, un fármaco ansiolítico no benzodiazepínico perteneciente a la clase de benzoxazina, es un tratamiento eficaz para la ansiedad en respuesta a una situación estresante.
En la presente revisión, nos centramos en varios aspectos de los mecanismos biológicos cerebrales y somáticos involucrados en la ansiedad e investigamos en qué medida el modo de acción de la etifoxina puede explicar su actividad ansiolítica.
Sus dos mecanismos de acción son la modulación de la neurotransmisión GABAérgica y la síntesis de neuroesteroides. Los datos recientes sugieren que la molécula posee propiedades neuroprotectoras, neuroplásticas y antiinflamatorias. Se demostró por primera vez que la etifoxina es un ansiolítico eficaz en pacientes en estudios clínicos que la comparan con clobazam, sulpirida y placebo.
Los estudios controlados aleatorios han demostrado su eficacia ansiolítica en pacientes con trastornos de adaptación (EA) con ansiedad, lo que demuestra que es superior a la buspirona y comparable al lorazepam y el fenazepam, con un mayor número de respondedores marcadamente mejorados y un mejor índice terapéutico.
La no inferioridad de etifoxina al alprazolam también se ha demostrado en un ensayo comparativo. Se observó una ansiedad de rebote significativamente menor después del cese abrupto de etifoxina en comparación con lorazepam o alprazolam. De acuerdo con este hallazgo, la etifoxina parece tener un potencial de dependencia muy bajo. A diferencia del lorazepam, no tiene ningún efecto sobre el rendimiento psicomotor, la vigilancia o el retiro gratuito. Los eventos adversos graves son en general poco frecuentes.
Los trastornos cutáneos y subcutáneos son los más frecuentes, pero generalmente se resuelven después del cese del fármaco.
En conjunto, sus mecanismos de acción duales en la ansiedad y los datos positivos obtenidos por los ensayos clínicos apoyan el uso de etifoxina para el tratamiento de los signos y síntomas de ansiedad de las personas con EA.
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