El porvenir del psicoanálisis, titulo elocuente, cargado de cierta dramaticidad; es como me parece que podría tratarse, lo que aquí pretendo trabajar.
Es el nombre que articulo, precisamente después de haber asistido al ultimo lacanoamericano, el realizado en B.s A.s hace apenas unos días.
No, por que allí no hubiera habido, nueva y buena producción; al contrario me quiero remitir, a parte de esa misma elaboración.
Tal producción, es la que me afecta y posibilita en gran medida estas consideraciones. Se trata de distintos tipos de trabajos, que de distinta manera, están preocupados en, digamos de manera preliminar, en la supervivencia de nuestro quehacer. Como simple adelanto de mi reflexión, ya que aun no poseo los disketes de las actas del lacano citado; menciono las primeras ideas. Inicialmente agrupo las temáticas, que me parece que apuntan a una preocupación parecida, y con ayuda, de este mismo despliegue, cobraran mayor discriminación y diferencia. Recuerdo, el trabajo de una psicoanalista, que de su trabajo se podía destilar una demanda de tornar al análisis, menos trágico, menos grato, daba dos ejemplos de intervenciones salvajes, profanas, que al decir de la analista habían sido eficaces en ella misma.Creo que la hipótesis fuerte de la autora del trabajo, de quien me estoy refiriendo, es, que no hay un solo tipo de psicoanálisis, sino psicoanalistas con sus modos distintos de psicoanalizar y que el aspecto trágico del análisis, pasaría por el esfuerzo, seguramente no conciente de alcanzar el modo único y total del psicoanalista. Camilli, ariana. Otro caso, es el de un analista que en su trabajo critica fuertemente las ofertas " terapéuticas" de todo tipo, resultado del malestar social que existe, y propone que los psicoanalistas debemos intervenir, y dar nuestra opinión y puntos de vista; que se trataría de una exigencia ética. Vicondoa martín. Otro analista Larsen daniel, expuso su preocupación por los excesos teóricos. Otro ejemplo de de producción signado por preocupación por el psicoanálisis, es el de una analista, que centra su temática en que el análisis ponga su interés en lo que se viene llamando patología de borde; asi como otrora supo interesarse por patología un tanto marginal (Psicosis) respecto del origen del psicoanálisis (Neurosis). Agregaba como argumento de mucho peso, que daría solución también, a la desocupación real de los analistas. Esto es solo para presentar o presentarme los temas por donde quiero reflexionar. Me hubiera preguntado yo mismo hace unos años por el porvenir del psicoanálisis? Tal vez, pero no de esta manera. En los últimos 7 años asistimos a cambios profundos, en áreas del pensamiento y/o de las ciencias, de la ideología, de la organización social, a nivel internacional.

Si cayó el muro de Berlín, porque no iría a caer la practica psicoanalítica?.
A priori, son quehaceres tan distintos, tan diferentes sus actores, sus discursos que no podrían intercambiar destinos. En fin son de estas cosas sobre lo cual quiero seguir escribiendo.

Se que por suerte no soy el primero, que se siente un tanto alarmado, por la irrupción de tantas novedades de todo tipo.

No quiero caer en la descripción del postmodernismo o en la más nueva era del post postmodernismo, aunque sepa que de lo que estoy hablando tiene que ver con todo ello.

En estos días el Psicoanálisis esta cumpliendo 100 años, desde el celebre sueño de la inyección de Irma.

En términos históricos es un periodo muy breve, no en nuestros propios parámetros pensables, vivenciales.

Es propio del narcisismo aspirar a durar eternamente, a no desfallecer , es de allí creo que nace la esperanza de que el psicoanálisis, sea indestructible ,como el deseo inconciente mismo según sostenía y sostiene la propia teoría y practica cotidiana, del psicoanálisis.

Claro que precisamente lo que estoy sometiendo a cuestión son las nociones, los conceptos base, fundantes del psicoanálisis, como desde el que acabo de operar.

Allí creo hacer pie, y poder continuar con estas consideraciones.

Es que si las cosas cambian a escala planetaria, en esa magnitud, en todas las áreas, es o debe ser por esa tensión, angustiante de la propia falta o incompletud cosmogónica.

No quiero decir por evolución, pero lo he pensado.

Cuales eran las condiciones en 1910, para que Freud escribiera el porvenir de la terapia psicoanalítica. Freud aconseja saber esperar.

Cuando se tocan temas tan caros al psicoanálisis a saber, sobre si esta demodé, o des actualizado, o no esta a disposición de todos, o de la mayoría para ser más benévolo, es común escuchar o leer que el fondo de la dificultad, no seria del psicoanálisis, como cuerpo consolidado, teórico; sino que la resistencia seria del psicoanalista.

Las explicaciones que se suelen dar, para justificar la resistencia del lado del analista son habitualmente del siguiente tipo: en el analista, no habría una fuerte prueba de la existencia de lo inconciente, su fantasma no fue atravesada, el deseo del analista no fue puntuado etc..

A mi me parece, dentro de la lógica paradojal que, estamos acostumbrados a plantearnos los analistas que tales observaciones siguen siendo validas. No obstante no soslayemos el debate frontal, sobre la validez, o persistencia de legitimidad del psicoanálisis en este fin de siglo.

Se pueden levantar voces, indignadas, ( y la mía entre ellas) sobre tales muestras de sospecha. Sabemos que poco valor tiene en nuestro ámbito las disculpas, sostenidas en las buenas intenciones. Sólo vale la ética, es decir en éste caso, la pertinencia de lo que digo con lo que hago.

Cumplidas estas advertencias re hago las preguntas nuevamente sobre el futuro del psicoanálisis.

Alberto Daniel Abramovici

BS. AS. AGOSTO/95