Autor/autores:
Dévora Kestel y Geoffrey M. Reed
La CIE-11, la primera revisión importante de la CIE en tres décadas, fue aprobada por la 72. ª Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2019 y entró en vigor como base para la presentación de informes de estadísticas de salud por parte de los estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en enero de 2022. Los países de todo el m...
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La CIE-11, la primera revisión importante de la CIE en tres décadas, fue aprobada por la 72. ª Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2019 y entró en vigor como base para la presentación de informes de estadísticas de salud por parte de los estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en enero de 2022.
Los países de todo el mundo se encuentran en diversas etapas de implementación de la CIE-11 en sus sistemas de información clínica y de salud, un proceso que continuará durante los próximos años. La OMS ha dado un paso importante hacia la implementación de la CIE-11 en los sistemas de salud mental al publicar las Descripciones clínicas y requisitos diagnósticos para los trastornos mentales, del comportamiento y del neurodesarrollo (CDDR) de la CIE-11.
Los CDDR están diseñados como un manual de diagnóstico integral que ayudará a los profesionales de la salud mental y otros profesionales de la salud a diagnosticar con precisión los trastornos mentales en los entornos de atención de la salud en todo el mundo. Proporcionan información coherente y clínicamente útil para todas las categorías de diagnóstico en el capítulo de la CIE-11 sobre trastornos mentales, conductuales y del desarrollo neurológico.
Esta información incluye las características que los médicos pueden esperar ver en todos los casos del trastorno (características esenciales), sus límites con la normalidad (umbral) y otras condiciones (diagnóstico diferencial), y características relacionadas con el curso, la etapa de desarrollo, el género y la cultura.
Aunque se había publicado un manual de diagnóstico para la CIE-10, los CDDR representan una expansión y una mejora sustanciales en la coherencia de la información proporcionada, la integración de información sistemática relacionada con la etapa de desarrollo, el género y la cultura, y una atención más cuidadosa al diagnóstico diferencial, además de basarse en la investigación actual y las mejores prácticas.
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