Autor/autores:
Emily Bremer, Jeffrey D. Graham, Jennifer J. Heisz...(et.al)
Los niños con trastorno del espectro autista (TEA) experimentan desafíos significativos en el funcionamiento ejecutivo. La evidencia emergente sugiere que el ejercicio puede mejorar el funcionamiento ejecutivo entre los niños; sin embargo, estos efectos y sus mecanismos no se han explorado completamente entre los niños con TEA. El propósito de este estudio fue ...
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Los niños con trastorno del espectro autista (TEA) experimentan desafíos significativos en el funcionamiento ejecutivo. La evidencia emergente sugiere que el ejercicio puede mejorar el funcionamiento ejecutivo entre los niños; sin embargo, estos efectos y sus mecanismos no se han explorado completamente entre los niños con TEA.
El propósito de este estudio fue explorar el efecto agudo del ejercicio sobre la oxigenación cerebral dentro de la corteza prefrontal y el control inhibitorio entre los niños varones con TEA.
Los participantes (N = 12) tenían entre 8 y 12 años de edad con un diagnóstico de TEA. Se empleó un diseño cruzado dentro del sujeto. Los participantes completaron tres condiciones de 20 minutos en días separados: entrenamiento basado en circuito, caminata en cinta y control sedentario. Antes y después de cada condición, los participantes completaron una tarea de cancelación (Leiter-3) como medida de control inhibitorio y la oxigenación cerebral se evaluó simultáneamente usando espectroscopía funcional de infrarrojo cercano (fNIRS). La frecuencia cardíaca, el afecto, el esfuerzo percibido, la motivación y la autoeficacia se midieron durante todo el experimento como controles de manipulación y posibles mecanismos psicológicos. Se realizó una serie de ANOVA de medidas repetidas para examinar los efectos de la intervención.
Los resultados demostraron efectos de interacción de medio a grande (tiempo por condición) para la oxigenación cerebral (ηp2 = . 237) y el control inhibitorio (ηp2 = . 118). Los análisis post-hoc revelaron que la condición de ejercicio en el circuito provocó los mayores cambios en ambos resultados. Las comprobaciones de manipulación indicaron que los ejercicios se completaron según lo previsto.
Estos hallazgos sugieren que el ejercicio puede ser una intervención factible para mejorar el funcionamiento ejecutivo en niños con TEA. Se necesita más investigación con muestras más grandes para replicar estos hallazgos.
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