El 88 por ciento de las mujeres pide más ayuda psicológica en el posparto, según un estudio elaborado por la plataforma española Maternify, creada por la matrona Carla Quintana, cuyo objetivo es poner sobre la mesa las necesidades reales de las mujeres y la evaluación que hacen del actual modelo de sistema sanitario en España.
Con una muestra de cerca de 1.500 mujeres, el estudio, llevado a cabo el pasado mes de diciembre, destaca como una de las principales conclusiones la preocupación por la atención psicológica que hoy en día se ofrece a las mujeres. "Actualmente, un 25 por ciento de las mujeres embarazadas presentan síntomas de depresión, y la mitad de ellas continuarán con esta sintomatología durante el posparto", afirma María Vega, Psicóloga Perinatal e Infanto Juvenil del equipo de Maternify.
Tal y como reitera, el 88 por ciento de las mujeres encuestadas considera necesario un mayor apoyo psicológico durante la maternidad, pero especialmente, durante los primeros días en casa. En concreto, el 40 por ciento explican que las dificultades en cuanto a la lactancia son uno de los principales retos a los que deben enfrentarse en estos primeros días, y el asesoramiento y acompañamiento de una profesional "es indispensable". Miedo, frustración y culpabilidad son algunos de los sentimientos más habituales y que comparten muchas de estas madres.
En este sentido, la psicóloga María Vega ha destacado que el acompañamiento psicológico todavía no está muy presente en la sociedad. "En la sanidad pública especialmente, y en la privada, los servicios de psicología están muy saturados y casos como el de una madre con depresión posparto en ocasiones no reciben la atención necesaria", apunta.
"No podemos olvidar que la psicología perinatal todavía no es una especialidad y hay mucha falta de formación en los profesionales. Este retraso en la atención supone, en la mayoría de casos, que las pacientes acudan a nosotros con una sintomatología ya avanzada".
A esta falta de atención psicológica se añade también lo que muchos ya denominan como "violencia obstétrica". Según se detalla en las conclusiones del estudio, el 63 por ciento de las mujeres encuestadas afirman haber sufrido episodios de violencia obstétrica en alguna ocasión. En concreto, entre los más habituales destacan: tactos vaginales realizados por más de una persona, parir en una posición incómoda habiendo otras alternativas, uso de técnicas de aceleración del parto sin causa justificada, trato paternalista o infantil en general o ante el planteamiento de dudas o impedir el piel con piel o lactar nada más nacer sin causa justificada. Asimismo, más de la mitad de las mujeres reconoce tener constancia de algún caso de este tipo entre sus conocidos.
Si bien la violencia obstétrica como tal es un concepto que por su carácter etimológico algunos profesionales rechazan, la mayoría coinciden en que la mujer, durante cualquiera de las etapas de la maternidad - embarazo, parto y puerperio - ha recibido y recibe ciertas formas de trato que se alejan de lo que ellos consideran una "maternidad respetada". "Vivimos un momento en el que las mujeres están demasiado desinformadas de su propio parto y se dejan llevar por los profesionales de manera ciega. En este punto, la idealización se abre camino en nuestra mente y ahí el riesgo de crear situaciones que se alejan mucho de la realidad. Si a esto sumamos la falta de tiempo, recursos y formación tal como comentábamos anteriormente, estamos ante una gran bomba explosiva", explica Quintana.
Los expertos coinciden en la importancia de formar a los profesionales para saber detectar un posible caso de depresión durante el embarazo, parto y posparto, pero también claman por más información a las mujeres con el objetivo de que puedan ser conscientes de esta sintomatología y saber cómo tratarla. De hecho, según el estudio, el 75 por ciento de las mujeres reclama más apoyo psicológico durante todo el embarazo y puntúan con un 1 sobre 5 el grado de información sobre el posparto que se ofrece desde el actual sistema sanitario a la mujer.
LA ATENCIÓN PERSONALIZADA EN LOS HOSPITALES, LA GRAN ASIGNATURA PENDIENTE
De la muestra analizada de 1.430 mujeres, un total de 1.000 fueron atendidas en un centro hospitalario público, mientras que las 430 restantes lo hicieron en un hospital privado. A la hora de puntuar el centro y el equipo médico, todas ellas coinciden en la necesidad de mejorar el nivel de atención ofrecido. Según las mujeres encuestadas, el 53 por ciento considera "mejorable" o "malo" el acompañamiento y relación con los profesionales durante el embarazo, parto y posparto.
En términos generales, las mujeres aprueban con un 6 tanto el equipo médico como el hospital en el que fueron atendidas, pero 1 de cada 2 confiesa que cambiaría de profesionales y de centro en el caso de un siguiente embarazo. "Que el 50 por ciento de las madres quieran cambiar de equipo médico u hospital en su próximo embarazo es un síntoma muy malo", afirma Quintana.
Preguntadas en relación al nivel de preparación en el embarazo, el curso de preparación al parto y las redes sociales destacan como las principales fuentes de información. En general, las mujeres encuestadas piden más acompañamiento en la lactancia y ayuda en términos de preparación física como pilates, yoga u otros deportes que ayuden a preparar a las mujeres para el parto.
Para el ginecólogo Manuel Díez, del Hospital San Francisco de Asís y colaborador de Maternify, existe una clara falta de personalización en la atención a la mujer durante todo el embarazo, pero en especial, durante el parto. "Por falta de tiempo y recursos, los profesionales en ocasiones tenemos 5 minutos para atender a las pacientes en consulta, empobreciendo la atención que se les puede dar a las mujeres. Es una lucha constante contra el sistema el poder lograr el tiempo necesario que requiere cada mujer. Además, es cada vez más común que la mujer no conozca quien le va a atender el parto hasta el último minuto", lamenta.